Rosie, The rambling story teller
La primera vez que platiqué largo y tendido con Rosie, fue una vez que vino Roger Clyne al reef y que estaban los coaches de baseball disfrutando de la fiesta. Después de tomar algunas fotos salí a fumarme un cigarro (como ya lo he dicho antes, no soy ejemplo a seguir) y ahí estaba ella.
Es curioso como ahora, los que fuman hacen un pequeño club en el área designada para fumar, alrededor del cenicero. Es en ese reducido lugar donde la gente platica libremente, es justo ahí donde empecé a conocer a Rosie, una intrépida mujer nacida en Pitiquito, Sonora.
Podría decir pero en realidad me quedé gratamente sorprendida con las historias que me contaba.
-Muchos dicen que me conocen- me decía pero en realidad no saben nada de mi ni de mi vida. Saben a que me dedico, que he hecho aquí y mi nombre… Pero te digo una cosa, nadie me conoce. Rosie Glover es mi “nombre artístico”, pero no el que sale en la credencial de elector, por que si, soy mexicana y ¡soy americana!
Entonces añadió- No muchos (o tal vez nadie) sabe que manejé un camión, que fui modelo, que viví en Francia, que hice skydiving, que estuve en Woodstock- vio mi cara de incredulidad y agregó- Sí, usaba mi cabello negro, largo y lacio tipo Cher… Y tengo fotos.
Todo eso hizo que yo me quedara un tanto intrigada por su persona.
Las semanas siguientes fueron de locura absoluta; Álamos, la visita de Alex Rivera, los diferentes talleres, el Taste of Peñasco (ni se diga lo ocupado de la vida de Rosie)… pero la idea de entrevistarla a no se había desvanecido. Fue hasta esta semana que quedamos de acuerdo para vernos en su oficina después de su programa de radio.
Estaba un poco cansada, por que la noche anterior había sido la graduación de su hijastro de la UNIDEP y habían festejado hasta ya entrada la noche, pero estaba de muy buen ánimo para comenzar la entrevista. Me invitó a pasar a su oficina, prendí la grabadora y sin que se diera cuenta la coloqué sobre el escritorio.
-Vengo de una familia de “story tellers”- empezó a contar, a la vez que sacó una caja de mimbre y la dejaba en la esquina derecha de su escritorio. Se volvió hacia mi, se sentó y continuó- Toda mi familia son y han sido excelentes cuenta cuentos, o mejor dicho, cuenta historias. Recuerdo que nos sentábamos todos juntos y nos quedábamos encantados escuchando las historias que nos contaban los abuelos y papás.
-Aparte de todo lo que hago me considero también escritora- me dijo- pero no de esas de fantasía y ficción, no de esas no. No me salen los personajes, no puedo imaginarme gente que no existe, como actuaría, como reaccionaría… ¡Uff! No, me vuelvo loca. Me encanta leer, eso sí, de todo, absolutamente de todo (ficción, románticas,aventuras, científicas, de negocios, históricas, etc). Lugar en el que estoy, lugar que tiene que tener lugar para mis libros. Pero si, yo de escribir, solo escribo sobre historias basadas en hechos reales, sobre gente que existe.
Hizo un gesto con la mano de que se acordó de algo. Estaba en su silla y se paró de pronto; sacó un álbum lleno de recortes y sacó dos periódicos.
– Aquí están… Mira… Me gusta escribir y sí escribía, por eso mismo es que, en cuanto pude tuve un periódico en Texas, lo compré y le cambié el nombre- dijo y entonces me miró traviesa – ¿Si sabes que estudié yo? – negué con la cabeza- Estudié Periodismo, en la época donde el periódico se armaba como si fuera un gran collage de notas tomabas foto y por alguna razón a veces terminabas todo embarrado de tinta. La idea me nació mientras estudiaba en high school, pues estaba en el periódico de la escuela. Pero la carrera la estudié ya grande y me la pagué yo sola, pero terminé- dijo orgullosa de sí misma
Entonces – le dije- ya que Rosie existe me gustaría saber un poco más de su vida, escribamos un poco de su historia-
Me dirigió una sonrisa y empezó a rebuscar las imágenes de su vida en la caja llena de recuerdos fotográficos.
-Anécdotas tengo muchas- reflexiona- aunque ya no estoy tan segura de que mi vida sean tan interesante como yo suponía. Aquella vez que platicamos, estaba emocionada y a lo mejor te hice creer que era fabulosa, pero, si aún así quieres continuar, habrá que hacer un resumen, sino estoy segura de que saldría toda una novela.- rie-
-Cada una de estas fotos tiene una historia detrás ¡Mira! Como está – y saca una página de un álbum con una sola foto- Este es César Chávez, el activista político, no el boxeador.- aclara- Cuando él viajaba no le gustaba quedarse en hoteles, quería quedarse en las casas de la gente que lo apoyaba y que le ofreciera su casa con mucho cariño. Yo justo había terminado de construir mi casa y era grande, entonces le comenté al que estaba en contacto con él, que, si así lo quería, yo le podía ofrecer hospedaje encantada de la vida. Aceptaron, y para su llegada teníamos preparado tremenda fiesta sorpresa de bienvenida con mucha gente que estaba feliz de poderlo conocer… Y en cuanto llegó me dijo que estaba cansadísimo y que lo único que quería era descansar. Me quedé con los ojos pelones, pero pues ni modo, si es cierto, uno siempre llega cansado de los viajes. Luego me enteré que era vegetariano, diabético, que no comía harinas ni bebía ¡Uy! Pues cómo ¡de haber sabido! Teníamos pastel, bebidas, todo un menú de comida con el que la gente se había lucido. Asustada le comenté eso y le sugerí que mejor canceláramos el evento, que descansara, yo hablaría con las personas y que ya mañana ya veríamos que hacíamos. Él me dirigió una sonrisa tan tierna, tan bonita, y luego me dijo “No, no puedo hacer eso. Mejor nada más déjame meditar unos veinte minutos en el cuarto y con eso”. Y sí, en veinte minutos estaba como nuevo y nos la pasamos tan bien en la fiesta ¡Velo! Ahí está con el pastel. Obvio no comió, verdad, pero convivió con la gente. Esto que te cuento sucedió en 1986. Era una excelente persona. Cada vez que iba para Idaho se quedaba en mi casa y desde entonces fuimos amigos por mucho tiempo; hasta que murió.-
Siguió checando el contenido de su cajita con una sonrisa en la boca.
-Mira esta otra- y me extiende una polaroid- Soy yo de joven, de cuando trabajé manejando un camión de la ciudad por 5 años. Las cosas que uno ve, pero ni modo tenía que trabajar. Para entonces yo ya tenía un hija (me embaracé muy joven a los 17) y había que salir adelante… En esta estoy en la campaña de Clinton en su primer campaña en 1992 , aquí está mi invitación al recorrido que hizo por el estado- dejó la caja abierta y se fue a sentar a su silla.
Para decir que estaba cansada, despedía bastante energía.
Yo soy de Pitiquito- continuó ya acomodada – De aquí de Pitiquito, Sonora. Ya después, cuando terminé la secundaria, me fui a vivir y estudiar a Los Ángeles, desde entonces iba y venía a cada rato; mas o menos cada seis meses. Ahí tenía yo que estar lidiando con el idioma, pues llegando a Pitiquito ya se me había olvidado el español, ya después de pasármela con los primos, de haber aguantado sus bromas, cuando llegaba allá me daba cuenta de que se me había olvidado el inglés, y entonces toda la vida re-aprendiendo idiomas.
Allá estudié la “high school” y en esa época , la verdad es que era medio hippie. Usaba el pelo partido a la mitad, largo, así como Cher. Tenía mis pantalones acampanados, mis blusas de flores y claro, las botas. Ese fue el tiempo en el que me fui a Woodstock. ¿Quieres saber cómo acabé ahí?- y entonces cerró el puño, levantó su dedo gordo y lo comenzó a mover arriba y abajo- exacto “hitch-hiking” o bueno, de aventón o raite.- ríe – Cada cierto tiempo, cuando quería despejarme o quería visitar algún lugar en específico, llegaba a la carretera y empezaba a caminar. Esa vez quería ir a San Diego cuando pasa una van y me preguntó si quería ir a Woodstock. El nombre me pareció interesante y dije que sí ¡qué diablos!, ni sabía que era. Ya durante el camino me fueron platicando de que se trataba el festival y pensaba “cool”, pero aún así no me imaginaba la magnitud del evento, aún ahora me cuesta trabajo creerlo… la cantidad de gente y lo cerca que estuve a los súper ídolos de la música. Y obvio es que en estos tiempos no lo recomiendo para nada (andar de aventón) , pero en aquel entonces una van no era tan sospechosa como ahora.-
Hubo un pequeño silencio en lo que ella tomaba agua y se reclinaba en su silla con ese gesto de la gente que revive los recuerdos.
-Viví en California hasta el 94 y de ahí me cambié al estado de Idaho donde viví cinco años y después de eso me fui a Texas. La mayoría de mi vida ya adulta trabajé en la venta de Bienes raíces trabajé en eso como por 34 años, hasta hace relativamente poco (ocho años) que empecé con los seguros.
– Era muy buena. Fui novata del año a nivel mundial en mi primer año de venta de bienes raíces. Gane varios premios y pues desde ahí se disparó mi carrera en eso, que la verdad yo no esperaba.Incluso hicieron una serie de grabaciones, y un libro sobre de como tener éxitos en las ventas y uno de los capítulos se trataba sobre mi y lo que yo estaba haciendo, y de los 10 que habían sido escogidos para eso yo era la única que tenía menos de 45 años, (en ese entonces tenía 28) –
-¿Y que hay de Francia y lo de ser modelo?- Pregunté, y le hice saber que en mi imaginación yo había juntado los dos eventos, uno era la causa del otro o viceversa.
-¡Ah si, claro! Fui modelo y estuve en Francia mas o menos por un año pero esas dos cosas no ocurrieron al mismo tiempo- Supongo vio mi cara de duda e incredulidad y aclaró- A Francia me fui en 1981, antes de mudarme de California. Me fui a pasear, vilmente; nada más. Me fui a conocer por que había trabajado mucho… – posó su mirada en mi y continuó- Hacía mucho tiempo que no me había tomado unas vacaciones. Yo tenía de todo; éxito laboral, carros, casa, dinero… Todo lo que según una persona de “éxito” debería tener, sin embargo me sentía atrapada, triste, confundida… Vacía. Ya nada tenía chiste y las amistades las sentía superficiales. Entonces decidí hablar con mi jefe y le expliqué que quería tomarme unas vacaciones, dijo que no había problema, pero me insistía en que le dijera cuanto tiempo. “¿Cuanto tiempo te vas a ir?¿por cuanto tiempo vas a estar fuera?” me preguntaba y me preguntaba, y yo nada más me encogía de hombros y le decía “No sé, no sé” y entonces hablé con mi mamá, agarré mis cosas y me fui. Viví en Francia pero me compré un pase de tren y me iba a Austria, a España a donde me diera la gana. Visité tanto quise y me lo gasté todo, no me importó. Supuse que si pude hacerlo antes podría hacerlo nuevamente y sería un reto. Pero lo más simpático fue cuando regresé. Justamente en ese mismo año a todos les había ido tremendamente mal. Nadie tenía dinero. Nadie. Incluso los que estaban a mi mismo nivel en la empresa en la que trabajaba. Todos con caras largas, grises y tristes. A mi me dio risa, la verdad. Todos estábamos igual de quebrados, solo que yo ¡me había paseado! –
Hizo una pausa y me pasó una foto pequeña, donde salen mujeres con grandes peinados y sus hijos sobre una pasarela.
-Lo de ser modelo, ya estaba grande y tenía a mi hijo que ahora ya tiene 28. Yo lo acompañaba cuando modelaba y una vez que lo llevé a un casting, me dijeron “¿y por qué no entras tú también?” Y pues cómo él estaba modelando ropa de niños, yo nada más dije “Ok” y me metieron ahí. Desde entonces me empezaron a llamar para diferentes trabajos modelando ropa de mamá o trajes de profesionistas nada impresionante, pero si fue una experiencia muy padre.
En eso la mesa comenzó a vibrar con fuerza. Era su teléfono y me hizo la típica seña de “un segundo” y contestó la llamada. Cruzó dos o tres palabras con la persona del otro lado de la línea y luego dijo “Me están haciendo una entrevista” y me dirigió una mirada picara. “Me comunico contigo después” y terminó la llamada.
-Perdona ¿en qué íbamos? –
-¡Sky Diving!- contesté sin pensarlo mucho
-¡Ah! Sky diving- repitió y se dió la vuelta y tomó una foto enmarcada- No sé si ya la habías visto. Es la foto que tengo en la portada de mi facebook, y aunque lo hice varias veces, está es la foto de la primera vez. Esto que vez aquí, que parece una gran sonrisa, es en realidad terror. Es cuando vi en lo que realmente me había metido, que a como diera lugar tenía que saltar y justo al primer brinco estaba gritando “Oh shiiiii!!!” cuando tomaron la foto ¿Ahora lo vez? Es como si hubiera dicho el típico “cheese” pero con miedo… Esto lo cargo conmigo en todas las oficinas que he tenido, por que el verlo me sirve de mucho. Mientras yo estaba ahí esperando (por que fui la última en saltar) yo pensaba que no iba a poder. Entonces esto me recuerda que, aun cuando esté petrificada, no importa cuanto miedo tenga, siempre hay que dar el paso. Saltar. Y si ya pasé eso, todo lo demás es cualquier cosa. No pasa nada. – mira la fotografía
-Para llegar a ese punto,tuve ocho horas de instrucción antes de saltar. Nos hacían brincar de una plataforma como del alto del techo, un poquito más.por que en aquellos tiempos el paracaídas era el típico redondito y caes como bulto. No era como los de ahora, que bajas de manera muy suave, corriendo, casi caminando; no. Con este caías como piedra y si no sabías como te podías lastimar y romper todo (no es algo que uno quiera oír).- Hizo una pausa para ver un mensaje que le había llegado al celular y continuó.
-Lo hice por que un día estaba leyendo el periódico y había un anuncio que decía “cualquiera puede hacer skydiving” ¡Cualquiera! Por solo 89 dls y le comenté a un compañero de trabajo que me gustaría hacerlo, si es que en realidad cualquiera podía. Entonces me contestó retador “¡Ah! No lo harías” Y yo le dije que claro que sí, que sí lo haría, “Es mas” dijo “si tu no te rajas yo pago los 89 dls” Y obvio que para la otra semana estábamos anotadísimos. Y pues no, no me podía rajar, por más que yo estuviera aterrada ya no podía. Y aquí estoy, con foto y todo. ¡Ah claro! Y él pago.
Ella bostezó discretamente y yo miré mi reloj, ya había pasado algo de tiempo, sin embargo vi que empezaba a ojear un álbum nuevo y me iba nombrando cada foto, ubicándola en tiempo y espacio.
En una campaña política, con su hijo, con su hija, con actores amigos…
Entonces me asaltó la duda: ¿Y cómo es entonces que había llegado aquí a Puerto Peñasco?-
-Venía yo divorciada y el plan original era estar en un lugar tranquilo, diferente y que me gustara para poder escribir, aparte de que fuera un lugar donde hubiera un buen porcentaje de americanos, para aprovechar, que yo sabía los dos idiomas. Tenía en mente San Miguel de Allende ¿conoces?- asentí- O algo así. Pero bueno, en fin, después de Texas me fui a Pitiquito un rato, para visitar a la familia- siguió- Y ahí me reencontré con un novio de cuando éramos chamacos. Él era viudo y con un hijo adolescente de trece años. Me casé meses después con ese novio, ¡Y yo que pensé que a mi edad no tendría que lidiar de nuevo con hijos! – se ríe a carcajadas- Nunca pensé que sería mamá de nuevo. Cuando se fue el más chico de la casa, para que voy a mentir, descansé. Dije “ya cumplí, ya tengo 50 años, ya no voy a tener más hijos. Los quiero mucho, quiero que estén bien, pero ya, fue todo. Es que para mi el negocio se me da muy fácil, pero eso de ser mamá, es complicado y difícil de hacerlo bien siempre he dicho que no soy (ni fui) buena en eso. Pero, que se le va a hacer. Al principio no nos llevábamos muy bien, pero la verdad es que es un buen hijo, y nos llevamos padrísimo Uno puede decir lo que quiera, pero al final no siempre es lo que uno cree que quiere.
Bueno, volviendo al tema. Él no se iba a ir muy lejos de donde estuviera su familia. Entonces me hablaron sobre Peñasco y me pareció buena idea, pues era algo muy cercano a lo que yo buscaba
Llegué aquí sin conocer a nadie. Quería calarlo para ver como me iba. Toqué una puerta nada más. Era la de Jonhy Francis y le dije “Mi nombre es Rosie, tengo tantos años de experiencia en Real State, he hecho esto, esto y esto, acabo de llegar y me gustaría que me dieras una oportunidad” . “Vente. Nos vemos a la 1” me dijo y ese mismo día me ofrecieron un puesto de gerente general de Coldwel Banker. Estoy muy agradecida por que ella me abrió las puertas de aquí. Gracias a ella, estoy donde estoy y sigo aquí.
Volví mi cabeza para la puerta y miré para varios lados en lo que ella tomaba agua. Pensé que igual y por distraía había pasado por alto lo de bienes raíces, pues según yo era la oficina de venta de seguros, pero antes de que pudiera formular cuestión alguna sobre el negocio actual, Rosie continuó.
-Trabajé 4 años como agente de bienes raíces y luego ya voy para ocho años con esta empresa. Yo ya no quería seguir vendiendo Real State, la verdad es que ya no me interesaba, 32 años es mucho tiempo. Entonces pensando y viendo me fijé que de pronto ya había como 500 agentes (no sé si tantos pero ya eran demasiados) y solo uno que se dedicaba a los seguros y por muy bueno que seas, estar compitiendo con quinientos no es lo mismo que con uno ¡En serio! Entonces dije “mejor voy a vender seguros” y me preparé en cuerpo y alma. Busqué tutores o mentores, amigos que me ayudaran que se dedican a esto, aparte de todo lo que sé de servicio al cliente… La verdad es que siempre le tuve fe a esto.-
¿Pero fue así de pronto? Estilo “Hey ya no quiero vender casas ahora voy a vender seguros”- pregunté
Así fue ¡Si! La decisión la tomé casi de un día para otro. Ya no quiero esto ahora quiero esto otro. Pero ya le entendía yo a los seguros, por eso no fue un asunto tomado tan a la ligera. Aparte de que soy buena observando y, aunque la decisión fue casi inmediata, llevarlo a cabo se llevó su tiempo. Agarré todo un año prepararme, por que, por mucho que yo supiera y le entendiera a todo eso, pues no era ninguna experta. Entonces me conseguí dos mentores: un amigo allá (Estados Unidos, en Flagstaff), Derrick, que lo conocía desde hace mucho tiempo, al que le hablé y le dije “ oye mira que quiero estudiar seguros, quiero cambiar de carrera. Me gustaría tener uno o dos mentores para que me orientaren tú y otro aquí en México”, pues aparte de buen servicio yo quería ofrecer experiencia y yo no la tenía. Entonces él me recomendó a Luis, que era de Chihuahua. Derrick me dijo que le iba a llamar y no pasaron ni dos minutos cuando estaba sonando otra vez el teléfono. Era Derrick “Le hablé a Luis de tí y a que no sabes dónde esta… Esta en: ¡Puerto Peñasco, De vacaciones con su familia! Y te quiere ver ya”
Con Luis, desde la primera vez que nos vimos, nos llevamos muy bien. Me entrenó a mi, al personal que tenía y me dio tips y todo. Al principio venía una vez al mes para checar todo, ya luego cada vez menos, pero siempre está disponible para mí por teléfono… Y la verdad es que no los suelto todavía- rie- Una cosa curiosa es que, según esto, ya que nos pusimos de acuerdo en términos y condiciones, él dice que si llegamos a firmar un contrato ¡Pero ninguno de los dos tiene copia de este primer contrato!. Nos dimos cuenta cuando dijimos que lo íbamos a “renovar”.
Entonces siguió ojeando ya un poco más distraída el albúm que tenía en sus manos. Tantas historias de vida que contar y de pronto escuché que decía algo de una hija adoptiva y de cuando en Idaho ayudó a hacer el primer examen para manejar en español para los migrantes… Pero ya era tarde
-¿Hija adoptiva? ¿Primer examen de español en Idaho? – pregunté curiosa y me mostró la foto.
-Si, ella es afroamericana. Y es de cuando estaba de voluntaria en un centro de rehabilitación para mujeres y yo daba curso de autoestima y pasaba tiempo con ellos. Estas muchachas no estaban ahí por que quisieran cambiar sus vidas, si no por que era una orden del juez; era cárcel o ahí. Y ahí estaban a fuerzas. En ese grupo estaba una chica de 17 años embarazada por segunda vez (ya tenía un niño de año y medio), y las directivas de ahi decían “esta muchacha es la peor, ya no tiene remedio. No sabe ni quienes son los padres de los chamacos que tiene” etcétera, etcétera, etcétera. Ella era una de las que les decían “caso perdido”. Era esa mal hablada, grosera, no se llevaba bien con nadie, huraña. Y la vi como un reto, quise acercarme a ella, y aunque ella se portara mal y todo yo trataba de estar tranquila y de saludarla bien “Hey Vanessa!” Me la quería ganar. Y lo hice, se había convertido para mi en una hija y la adopté, y de un día para otro ya era abuela.-
-Llegó Navidad y llego yo a la centro y entra a la cocina toda enojada y apurada, tirando cosas gritando, buscando y preguntado por un “plato” que tenía ahí. Yo nada más la veía, sin decir nada hasta que dio con un plato que tenía galletas. Y me las avienta “They´re for you” me dijo ¡Me había hecho galletas! Pero no sabía como darlas o como decirme. Ahí supe que iba por buen camino.-
-De lo otro es que estaba haciendo servicio comunitario en un lugar de migrantes, era yo gestora de trámites para cambiar el estatus de indocumentado a las personas. Los legalizábamos. Entonces me dí cuenta que nadie tenía licencia para manejar y pregunté “¿por qué?” resulta que no lo pasaban “¿y por qué no lo pasaban?” ¡pues por que no le entendían! Entonces fui a ver que podía arreglar y primero tenían que tomar el curso. Arreglamos que si yo juntaba cierto número de personas para que tomaran el curso de manejo y vialidad, solo entonces podríamos traducir el examen, antes no. Y así fue.
Siempre he estado involucrada en asuntos de voluntariado y caridad. Desde pequeña que cómo era de las pocas que hablaba español e inglés estaba de “traductora” – y hace la seña de comillas con las manos- ayudando en un hospital.Para mi eso no es opción, es parte de mi vida; siempre he estado involucrada y siempre lo estaré. Aquí de fijo tengo una línea de ayuda a turistas abierta las 24 horas los 7 días de la semana. Desde información turística hasta cosas más graves.
Bostezó de nuevo. Sí, seguramente la caja de recuerdos tendría guardadas otras tantas miles de historias más, y sí seguramente de ese álbum de fotos, le sigan otros tantos, pero ya era tarde y ya me había extendido demasiado. Me despedí pero aún tenía unas preguntas en mente y se las hice mientras bajábamos rumbo al estacionamiento: El programa de radio, ¿qué es y por qué Rambling?.
– El programa de radio empezó hace dos años y medio- me dijo- Me hablaron por que tenían la idea de hacer un programa en inglés. Ya lo habían intentado con otras personas y no les había funcionado. Yo les dije que la única forma de que aceptaría sería si fuera un show “versión radio” de la columna que yo escribía en el Rocky Point Times, que se llamaba Rocky Point Ramblings y me dijeron que si, que empezaba el sábado.
-¡Ramblings! – y soltó la carcajada- ¡Si! Todo mundo me pregunta esa… Verás, es lo que hace un chamizal cuando lo agarra el viento; va dando tumbos y volteretas para todas partes, nunca sabes para donde va a irse o que dirección va a tomar. Rambling también es cuando empiezas hablando de una cosa y terminas hablando de otra . Había una canción muy famosa en los años cuarentas de Rambling Rose de Nat King Cole. Rose, Rosie, rambling, Rocky, Nat king, rocking, Rocky Point… Rocky Point Ramblings, by Rosie Glover- y sigue riéndose de buena gana.
-Solo una pregunta más Rosie- dije ya al pie de la escalera- ¿Cuál es tu nombre original, el de pila?
-¡Ah muy buena! Rosie Glover es mi nombre “artístico”. Mi nombre “real” es Rosa María Villescas Córdoba.-
Entonces nos despedimos, se subió a su carro y la verdad es que ya ni vi que rumbo tomó.