Entonces ¿Conocen a Heromex?

Izrael Ríos…  Platicando con una mente brillante.   El Porqué de la entrevista.   Porque no siempre uno se encuentra con talentos así: autoformados.   Él fue el que ganó el concurso de logo conmemorativo del Rocky Point Rally. Talento joven, que conocí una vez que Memuco invitó a varios artistas a pasar la tarde […]

Izrael Ríos…  Platicando con una mente brillante.

 

El Porqué de la entrevista.

 

Porque no siempre uno se encuentra con talentos así: autoformados.

 

tumblr_mx7tpaA3Kw1sgf448o1_1280Él fue el que ganó el concurso de logo conmemorativo del Rocky Point Rally. Talento joven, que conocí una vez que Memuco invitó a varios artistas a pasar la tarde pintando una barda.

Se reunieron muchos, y otros metiches que ahí íbamos a ver que hacían (yo no pinto nada, ni bigotes en las fotos… bueno, eso sí). Ahí lo vi por primera vez, dando vueltas, curioso, observando. En una de esas, en que el sol ya estaba por despedirse (y antes que trajeran las luces) sin mucho, cerró un puño, ubicó un espacio en el muro y ¡zaz! En dos patadas ya lo tenía dibujado, con sombras, texturas, arrugas, uñas y todo. Wow.

Después lo vi en un cinemartes con Pink Floyd, que fue gran bohemia de artistas, haciendo body Paint y un rinoceronte. También muy padre.

En día de muertos él y Yuvid me pintaron de manera genial (hasta espanté a varios chamaquitos sin siquiera hacer gala de mis dotes histriónicos).

Obvio es que lo había querido entrevistar desde antes. Me llamó mucho la atención su talento. Siempre apalabrábamos pero era muy escurridizo. Siempre muy ocupado. En Facebook sube sus nuevas creaciones y ahí es donde se intuye en que anda de nuevo.

Pero ahora fue el pretexto, el premio y que asiste a mi club de lectura (Iniciación al Vicio Literario). Antes de que se fuera, ahí me lo agarré y concretamos cita. Quedamos que después de sus clases en el INBA.

Cabe señalar que no quedó a la primera, pero, lo bueno es que no quité el dedo del renglón y un jueves por la tarde, quedamos de vernos en un café. Un lugar neutral, de ambiente, con muchos sabores, para que cada quien escoja su veneno calma-nervios (y no solo café negro).

 

Hablemos del premio recién ganado, en lo que llegan las bebidas- Lo invité a sentarse.

Va. Un buen tema para comenzar.- jaló una silla, sonrió ampliamente- Bien…  Ahí te va, es que mira, andaba súper apretado de trabajo. Ni me  imaginaba que podía ganar, la verdad, porque miré la publicación y dije “no pues no voy a entrar, yo nada más diseño ocasionalmente” y me concentré en mis cosas. Pero un día que ya había terminado “temprano” (como a las 10 pm) me metí al face y vi que Nina publicó que a las doce dela noche se cerraba el concurso. Entonces me entró la espinita. Ya estaba en eso, no tenía nada que hacer y me metí a la página del Rally y la empecé estudiar. Y ya, lo hice y sin ninguna expectativa ni nada,  lo mandé.

Y ¡Tadá! ¡Ganaste! – emití después de lo que me pareció un silencio largo que daba por terminado el vastísimo tema del premio del concurso de logo del XV aniversario del Rocky Point Rally

¡Sí! ¡Qué bien! ¿no?

¡Súper!

 

Traen los cafés. Se aprieta un poco nervioso las manos.  Cierto, las entrevistas no son fáciles… Tal vez para los que ya tienen cayo es algo hasta enfadoso, pero para los jóvenes artistas es algo nuevo. Y la grabadora que pongo justo debajo de su nariz parece aumentar la presión. Ya no es nada más lo que se dice, sino cómo se dice.

No te preocupes, solo es para hacerme una guía. Él asintió

 

Empecemos: La Historia.

 

Bien- invité al segundo sorbo de café, después de hablar sin sentido un rato- Cuéntame entonces acerca del artista: Izrael ¿quién es?

-Te cuento rápido, porque es la historia de mi vida- carraspeo un poco-   Mi papa era drogadicto, era alcohólico, no tenía familia y él vivía en la calle desde chiquito.-

Me quedé con el café a medio camino. En definitiva no me esperaba una revelación de ese calibre. Sin embargo su sonrisa franca y sus ojos brillantes me decía dos cosas: una, que no había terminado y dos, que estaba bien con lo que estaba contando. Apuré el café en señal de que no iba a interrumpir.

-Desde chico se drogaba y  de todo… andaba en los trenes, de arriba para abajo, por todo México. Hasta que se cansó un día  y aún era joven, dijo “ya estuvo, llevo ya toda mi vida haciendo esto, quiero una nueva, una mejor vida” y se metió a un centro de rehabilitación que era voluntario.

Entonces, en el centro de rehabilitación, estás tres meses ahí. Y en ese tiempo, no pides chicles, ni vendes dulces y no andas en las calles pidiendo dinero. Te consiguen un trabajo. De la gente que dice “ay necesito un albañil” y van, ven quien aplica y ya te dan el trabajo. Él era carpintero, entonces empezó a trabajar en la carpintería,  y así empezó a hacerse de un trabajo, de clientes, de un sustento y de todo, y resulta que en una de esas conoció a mi mamá. Se casaron. Tuvieron hijos y ahí nací yo (¿ves cómo si estoy incluido en la historia? Yo soy el mayor. Tengo una hermana y un hermano)  – solté una risita sonsa- Entonces…am… mi papá siempre tuvo la espinita y las ganas de tener un centro de rehabilitación y así apoyar a los que lo necesitaran; gente que estaba como él. Es por eso que  fue a dónde él se rehabilitó, como familia acordamos que estaría bien hacer algo así y … pues se hizo que fuéramos directores y nos mandaron a Caborca, luego a Magdalena, después a Tijuana,  y así mi papá anduvo por todos lados; Altar, Pitiquito, Nogales … etc. Hasta que llegamos a Peñasco…

Ya cuando llegamos aquí, él ya estaba  más viejo, por todo eso. Casi toda mi vida de andar de aquí para allá…

Hizo una pausa dramática y le dio un trago al café. Ya estaba más relajado y disfrutaba de contar la historia.

¿Es por eso que eres un chico tan sano?

Si, también. Te cuento todo esto porque ahí fue donde yo aprendí todo lo que sé (y lo que aprendí después derivó también de ahí).

Asentí y puse de nuevo la grabadora de voz. Tenía extraña maña de solo grabar por cinco minutos.

Una vez estando con mi papá, me dijo (yo estaba morrito): Mira Izrael, todas esas personas que están  aquí, son drogadictas, son lo peor, se consideran la escoria de aquí, nadie los quiere… pero antes de que nadie los quisiera, tenían una familia, tenían un trabajo, una profesión, entonces saben hacer algo, pero sus adicciones los orillaron a lo que son ahora. Había chefs, había muy buenos, había atletas (bien pesados, que habían tenido prestigio), músicos… Te encontrabas (te encuentras) de todo y resulta que me dijo “de esas personas, trata de aprender lo más que puedas de cada uno. Y no nada más de ellos, de todos y tal vez un día, ya con todo lo que sabes, vas a poder sustentar,  trabajar sin depender de nadie”.

-Entonces yo como buen niño que era-  ríe- curioso y todo, voy persona por persona preguntándoles “oye ¿qué sabes hacer?” –  y me empezaron a enseñar. Uno me dijo: pues yo sé tocar la guitarra. Pues enséñame a tocar la guitarra. Pero nada más me sé puras rancheras. Pues no le hace, enséñame puras rancheras.

Otro que sabía puras tropicales y otro que sabía puras de banda… pos no le hace. Así empecé a acumular conocimientos. Pero sobretodo con los que sabían dibujo… ¡Ah, como me gusta!

El dibujo se da mucho en los centros de rehabilitación, que la gente viene de las cárceles y ahí se usa mucho el dibujar, tatuar, pintar, para expresarse, como terapia, como artesanía. Entonces empecé a aprender a dibujar con lápiz y ahí fue como se me empezó a dar.

Así aprendí. Todo fue por conocimiento de otras personas. Era extraño, no creas, porque era decir tú tardaste diez años en aprender algo, una técnica o algo así, me la enseñas a mí y yo en 15 minutos la aprendo…

-Presumido- se me salió- Así no vale, así uno no puede competir

-¡No! No es por eso jajajajaja…-

Es que bueno, son conocimientos comprimidos,  o sea, yo me aprovechaba ya de cómo lo habían asimilado. Vas agarrando, vas cogiendo maña y te saturan de información. Aprendes muchísimo, más rápido…

Aprendí guitarra, piano, bajo, y hubo cosas que no me quise meter, como en batería, ni en canto pero ahí estaban.-

 

Un ventarrón de aire nos sorprendió. Salió alguien a ver  si la mesa no estaba muy llena de arena. La mesa no tanto,  pero, por lo menos yo si había probado un poco y empecé a toser y estornudar. Sugerí que en vez de pasar el trapo, me regalara agua.   Lo bueno que los cafés seguían sabiendo a café porque traían tapita.

Izrael tan tranquilo, continuó con su historia una vez pasado el tosijoso episodio.

-Después, deje la pintura y el dibujo. Mi mamá se acuerda que me gustaba. Recuerda que la dibujaba dormida en el sillón, cuando estaba haciendo algo y así… pero bueno, lo dejé por la música, todo. Aunque parezca loco, lo dejé. Porque, había reuniones y se necesitaba gente que tocara. Mi mamá también aprendió a tocar. –

Ya me lo imaginaba con peinados setenteros, como la Familia Partridge. No me culpen a mí, culpen a mi mente que, con la información obtenida, inventa escenarios y solo me pasa las imágenes.

-No era que lo dejara por completo solo que me concentraba en otra cosa. En este caso la música.

Tampoco era que me aburriera, si no que dependiendo del momento, una me llamaba más la atención que la otra. Ahora es tocar, ahora es pintar y dibujar… pero no, nunca fue de dejarlo completamente.

Apenas hasta ahora que ya lo tomé como profesión.  Mira, puedes saber mucho, pero no ser realmente bueno en algo… entonces me dije, si lo que más me gusta, lo que más me apasiona, es la pintura y el dibujo, pues a darle de lleno a eso… hasta que me salgan colores por las orejas.  Enfocarme a una cosa, para ser lo mejor.

-¿Y cuando fue, en qué momento fue que tomaste esa decisión tan tajante?

-Toqué en las reuniones  hasta que tuve 25 años. No fue una separación tan definitiva, seguía yendo, pero ya no era prioridad.

¿Y cuantos tienes?

-30

-O sea que es reciente.

-Mira- se relame los labios, recordando la época-  yo tocaba en la iglesia, casi todos los días, y no hacía otra cosa más que tocar. Era mi pan diario. Tocar, tocar y tocar. Me la pasé muy bien, tuve una buena adolescencia y juventud ahí. Estoy bien a gusto con eso, no me arrepiento. Aprendí muchísimas cosas y ahí formé parte de mi carácter, parte de mis valores;  lo que soy yo, lo que viví, lo adquirí de ahí y me gusta… Pero ahora, que ya dije, necesito trabajar, porque necesito sustentar a mi familia y ganar mi dinero, y… la iglesia es algo que se hace por voluntad, y no porque te paguen o algo así entonces… Hay que buscar rumbo. Entonces decidí pintar, dibujar y eso.  Y ya que me decidí, la gente comenzó a buscarme un poquito más, porque ya me autonombraba dibujante, pintor o artista y antes no…

-¿Nadie requería de tus dones?

-Cuando la gente me preguntaba, le decía “pues sé dibujar y pinto” pero no era nada serio, y eso la gente lo intuye.  Si quieres que te tomen en serio, pues primero se tiene que tomar en serio uno mismo.  Soy pintor, soy artista (aunque falte camino por recorrer… siempre falta camino por recorrer), significa que de lo que hago tengo que sacar provecho.

-Y cuando te decidiste a pintar ¿Ya estabas aquí en Peñasco?

-Sí,  esto ya fue aquí en Peñasco… O sea la última vez que me decidí, porque ya había pintado en Magdalena, en Caborca, en Tijuana… Pero fue aquí donde decidí lanzarme al estrellato.- Ríe y hace un gesto con las manos extendidas.

-¿Recibiste apoyo o algo así? Digo, no nada más de tus padres y familia, si no de la comunidad.

-No había mucho apoyo, o más bien no sentía mucho apoyo,  también porque no conocía a nadie. Entonces yo me encerraba en mi cuarto y me decía “si te vas a dedicar a esto a echarle ganas” y me quedaba hasta morir. Había noches que ni dormía, todo el tiempo, pintando, dibujando, caracterizando, pero sobretodo detallando. Y digo detallando, porque es lo que yo hago, es mi sello: el detalle. Es lo que me distingue, que me voy en cada pintura, centímetro por centímetro dando detalle. No soy de que hago una línea larga y así me voy. No. Voy dando textura, colores, difuminaciones, lo que sea necesario.

Un segundo- levanté mi dedo interrumpiendo la pantalla estaba negra- contén esa idea, como si fuera aire-

Cada 5 minutos, a checar para pulsar de nuevo el botón de grabar. Que se haga un nuevo archivo. Trato de coordinarlo con las preguntas, pero no siempre queda. Tengo una pluma con una punta de goma, que es con la que jugueteaba con el teléfono. La primera vez (y posiblemente la última, porque qué incordio) que uso éste.

-Listo. Prosigue-  Estiré la pluma picando con el extremo de goma la pantalla para que no se “duerma” la aplicación.

-Y entonces por eso me gusta el realismo. No soy una persona muy paciente al pintar pero lo hago.  Me da control, pero aparte me apasiona, me gusta.  Me siento bien, relajado.- externó de un solo aliento, como si en verdad lo hubiera contenido.

Lo bueno es que Izrael me seguía el rollo.

 

-¿Cómo te diste a conocer?- aproveché que le dio un trago a su café (no pude evitar pensar si solo el teléfono fuera más inteligente).

-Yo no me di a conocer- dijo muy serio- son las personas las que te dan a conocer. Descubren tu trabajo, les gusta y poco a poco se va corriendo la voz. Por más que tu grites, digas y hagas, presumas y demás, si no haces bien las cosas pues no vas a salir. Es la calidad del trabajo.  A lo mejor les caes bien, pero no te van a contratar, ni a pedir nada.

La mejor difusión son las personas, que te conocen, que te rodean, los clientes. Más que nada los clientes, que si ellos quedan satisfechos, a gusto y felices, obvio te van a recomendar, y yo siempre trato de hacerlo lo mejor que puedo, para que les guste (ya sea la pintura, el dibujo, o el mural, el carro, el body Paint)

¿Cómo empezaste tu promoción? ¿Con amigos, por redes…?

-Yo hacía mis trabajos y los subía a facebook (la imagen, pues).  Les escribía: terminé esto y lalalá, espero que les guste, que opinan y así… Se empezó a dar like la gente y me empezaron a agregar las personas.

-Y…

Dejo la “Y” muy en suspenso, que hasta parecía que mi alrededor dejó de hacer lo que estaba haciendo esperando la continuación de la misteriosa “Y”. Miró el teléfono.

Cierto, cierto, era momento. Save. New.

Record.

 

Crisálida virtual. La parte donde se forja una estrella … Aunque lejos

 

-Hay algo que casi nunca cuento, y que casi nadie sabe en México (menos aquí), pero… – se ruborizó, supongo  le dio un poco de pena-

-Ya cuenta- animé- Ni modo, ya lo soltaste

-Bueno… Es que yo fui muy famoso en Argentina.

Se hizo un silencio. Sobre ese mutis pasaron como dos carros y una moto. Supongo hice cierta cara de confusión, combinada con incredulidad, porque él soltó la carcajada.

-¿Y no quieres que nadie lo sepa?

-Jajaja…

-Digo, porque puede no salir…- insistí con cierta malicia traviesa, haciendo gesto de querer alcanzar el celular/grabadora (sin mucha convicción, lo acepto)

-No, no, ya. Si no es nada malo.

-Pues anda, cuenta- me recargué en la silla dándole sorbitos a mi café, esperando la historia.

 

-Esto fue cuando yo dije “ya voy a ser pintor” (o dibujante) y no tenía nadie con quién compartir e incluso aprender, o discutir sobre arte. Entonces me puse a buscar en internet y entré a una página que se llama Taringa, no sé si la conozcas…

-Si, si la conozco, más que nada para bajar libros o pelis y así… Pero me chocan los torrents

-Jajaja. Si esa.  Pero, no nada más es para eso, verás…-Le toma ansioso a su café, disfrutaba de las pausas-  Bueno yo entré, ahí y empecé leyendo los artículos. Entre ellos vi uno que era de arte y el muchacho ahí desglosaba como había hecho su pintura, desde cero. Empezaba con “aquí está el lienzo, es así, de tanto por tanto, combiné estos colores, hice este fondo tal técnica que va a si, después, hice esto y luego esto otro y así terminé y así quedó”. Tan tan. Foto del producto final y yo encantado. Ahí podía yo aprender cómo lo hizo.

Entonces, empecé a buscar más sobre él, lo seguí (ahí en esa página) y entraba cada que él subía algo y yo lo tomé como mi maestro (claro que él ni sabía)… Luego descubrí a otro, y después a otro y lo mismo.-

 

Alguien cruza, saluda. Hace plática ligera. Nos distrae del asunto principal y de lo que estábamos platicando. Me hace un par de preguntas y me despido. Los percances de los lugares “escoge tu propia bebida”.

¿Pausa? No, mejor un archivo nuevo.

 

Oye… este- me mira nervioso- … no sé si se esté alargando mucho y… pues  si quieres le cortamos-

Me quedé pensando qué decir por un instante. A lo mejor ya estaba cansado o tenía algo que hacer. Hice un largo sorbo para disimular.

-Bueno, si ya te tienes que ir, ¿qué te parece si terminamos esta idea y ya? Para que no quede en suspenso. Disculpame en serio, luego no calculo bien el tiempo.

¡No!- sonríe con todos los dientes blanquísimos- Ni al caso. No.  Tiempo sí tengo, yo lo digo por ti, porque te ando contando toda la historia medio larga y pues ya llevamos bastante rato aquí

-Por mí ni te preocupes.- agité mi café

¿En serio? Es que no sé que tanto lo comprimas o que tanta extensión tengas pensado.

-No. Como dices: ni al caso. Tengo carta blanca (no la cerveza, en ese caso prefiero la indio). Si está interesante se pueden usar tantos archivos de audio como se requieran… Y si faltan pues- me golpeé la cabeza con la pluma- confiemos en el disco duro externo… En cuanto a la extensión, son las ventajas de una revista digital. Lo más que puede pasar es que no lean todo.

-¡Ey! Yo si he leído todo el texto de las entrevistas que pones- sentencia

Solté una carcajada- Digamos que hasta el momento nadie se ha quejado.

-Venga pues- aplaude y se soba las manos- a darle… ¿En qué íbamos?

-En Taringa, que seguías a uno y luego a otro, que eran como tus maestros.

-¡Ah, sí! Bueno…- se quedó pensando

-¿Y estas personas sabían que eran tus maestros o era un asunto anónimo?

-¿no le vas a poner “grabar”?

Cierto, cierto…

-Ok. Entonces, ellos no sabían. Yo solo les ponía seguir y pues ya… iba aprendiendo de lo que hacían. Es como el twitter, seguir, y cada que subían algo, a mí me llegaba una notificación. Yo lo veía, lo analizaba y ya lo practicaba.

Hasta que se me ocurrió ¿Y si con lo que sé yo también, lo comparto? Pues así mejor, porque así empezamos todos. Y si así aprendí yo, puedo ayudar a alguien más a que aprenda… Entonces subí uno, y luego subí otro, y empecé a subir, igual, desglosando como le iba haciendo o como había quedado. En ese entonces la página tenía un millón de miembros y es una de las más importantes allá (Argentina), es de las más vistas, visitadas y se usa mucho como referencias.

 

Empecé con un mural, unos dibujos. Ahí subí cómo se hizo el mural que está por ahí por la Benito Juárez, el de los ojos. Muchos likes, caían muchos likes. Empezó a seguirme mucha gente y luego más y luego un poco más de gente de ahí.

Todos me decían cosas buenas sobre lo que hacía, y eso era mi aliento diario. Me metía al post que había puesto al día anterior, y leía comentarios de “grosso”, “sos un capo” “magnífico”, también me daban consejos y así.  Entonces con eso yo dibujaba más, con más gusto y con toda esa retroalimentación, yo podía ver cómo es que iba mejorando o afinando la técnica.

Al principio tenía diez, veinte comentarios. Luego llegué a cincuenta, luego a mil… mil quinientos… Me empezaron a seguir 10 personas, luego 100 personas, mil, hasta tres mil… El caso es que eso se fue volviendo el día a día y yo ya empezaba a dibujar a usuarios. Hacía rifas, concursos, o sorteo, ellos  me mandaban su foto y yo les hacía su dibujo o caricatura. Hacía el post haciendo el  dibujo de los que ganaron.  Luego nada más me seguían para ver si en una de esas yo los dibujaba. Aunque no ganaba nada de dinero, me hacía sentir muy bien, ganaba confianza y también, subía de rango.-

Hice una cara interrogante.

-En esa página puedes ir subiendo de rango, entonces yo subía de rango y me conocía más gente. Me empecé a codear y platicar con los administradores de la página. Para entonces ya estaba pesada 5 o 6 millones de suscriptores.

Iba creciendo junto con la página y cómo artista. Ya me habían dado el nombre de artista reconocido, estaba en el top 10 de los mejores artistas de ahí. Hasta que me hicieron administrador de la página (nada más había 9. De México, éramos dos: yo y otro muchacho de Guerrero, creo).

 

Eclosión y el mundo exterior

Ahí fue donde me empecé a dar a conocer pero en el exterior. Ya, ahora si tenía chambas, de murales, dibujos. Ya era remunerado ¡Pues! ¡Así sí!- ríe-  Empezaron a pedirme dibujos y empecé a mandarlos ahora sí, ya en físico, y resulta que estaba bien contento.

-¿Porque te vieron en Taringa?

Ah, no. La gente de aquí no sabe. Empecé a tener más trabajos porque yo había mejorado mucho.  Como dices, en México casi no se usa más que para descargar películas y no tanto como página de arte, pero allá, contaba con un catálogo muy interesante de artistas.

Mira, hacía un dibujo cada día y ya con toda la retroalimentación, confianza y la experiencia adquirida, yo ya me animaba más a hacer más chambas de este estilo. Y obvio es el producto final lo que cuenta, que el cliente quede contento (o mejor, MUY contento). Es tu trabajo el que habla.

Todas las noches me ponía a dibujar, a veces lo hacía en directo, hacía un livestream, ponía la cámara arriba de mí y ya… Ahí me ponía a platicar, de cualquier cosa, la gente entraba y me veía dibujar, me hacía pregunta, y como era administrador también me preguntaban sobre cómo funciona la página, o cómo funcionan los moderadores,  todo era bello y muy interesante hasta que… este… –

No supe por qué, algo pasó (literalmente) y se distrajo.

Hasta que… – pestañea- Me perdí…

Todo  era miel sobre hojuelas hasta que…- parafraseé y ocupé eso para de nuevo guardar y grabar.

-Pues nada, muy padre… No hay un hasta qué.  Llegué a tener 20 mil seguidores, que son los que tengo ahorita, veintitantos mil…

Entonces sigues con todo eso en Taringa-

Si, bueno no… bueno, no tan seguido… De hecho ese es el “hasta que”.

¿Usted perdone?- inquirí y suelta la carcajada Izrael

Es que cómo ya empecé a tener mucho trabajo aquí, ya no entraba tan seguido y pues hablé con los muchachos administradores y les di las gracias pero que ya no podía seguir siendo administrador.  Eran hojas enteras de comentarios y es genial estar en esa página, más cuando eres tan conocido, pero no genera dinero, es virtual todo. Entro de vez en vez, junto un montoncito de cosas que hice y las subo, pero ya no es diario.

Estar ahí (día y noche) fue genial, una de las etapas de mi vida yo creo que más importantes, por lo menos en cuanto a pintura.

Ay dios, pierdo mi hilo y ni te dejo hablar…

¡Está bien! Es entrevista. Yo pregunto y tú te explayas, supuse esa era la dinámica ¿De cuándo a cuando fue más o menos esa etapa?

Fue como del 2008 al 2010… incluso entrado el  2011 más o menos. Y antes de que me siga… ¿Qué más? ¿Qué más quieres saber? Fue una etapa muy bella y puedo hablar horas y horas al respecto.

-Mientras tanto allá eras muy famoso y ¿aquí?

No, aquí no- se ríe- aquí nada

Aquí era una basurita en el desierto y allá no… Allá era parte de la capa de Ozono (honorario).

Me conocían como Heromex (héroe mexicano).

-Está un poco tendencioso ¿no crees?… pregunto ¿cómo es que surgió ese nombre? Mera curiosidad.

 

El origen “obscuro” de HEROMEX

 

Bueno, tengo un pasado obscuro que es cuando  se forjo mi nombre de batalla (Heromex)-

¡Genial! Nuevo tema, nuevo archivo.

-Y cue…- hice la señal con el brazo para que continúe el relato

-Yo trabajé en un cibercafé, en el tiempo en que cuando mi papá aún estaba trabajando en el centro de rehabilitación y yo andaba en la iglesia. Ahí aprendí sobre cómo arreglar computadoras y armar redes, cositas así.

De hecho, cuando decidí ser pintor y/o dibujante, fue porque estaba trabajando en un cibercafé.  Desperdiciaba mucho tiempo, porque es aburrido. Estar detrás de una computadora, y esperar a que se siente la gente y ya (a estar como yo).

Entonces me puse a jugar juegos on line y fue algo que me atrapo. Me envicié mucho con los juegos. Junto con el hijo del dueño del cibercafé, nos poníamos todo el día. Al principio él no sabía ni usar el mouse y yo le enseñé, luego él se pasó a  los juegos y me enseñó a mi…  yo me envicié junto con él.

¡No inventes! Nos hicimos super pro, éramos un team y estábamos bien pesados… Imagínate, tanto tiempo libre. Todo el día. De un juego a otro.

Yo entraba a las ocho de la mañana y salía a las 12 de la noche “del trabajo” – marcó muy bien las comillas-

Pasaban las personas y yo ahí pegándole a las teclas con todo. Llegaban: “una máquina” ,yo les decía “sí, sí, sí, agarra la que quieras. Ahí está” . Ponía la máquina en dos segundos y regresaba rayado (tenía mucha práctica en eso) y pues en los juegos con line no puedes poner pausa.

 

El twist en la historia.

 

Hasta que un día estando ahí sentado me di cuenta. “Ya me harte de estar perdiendo mi tiempo, todo el día jugando” … ¡Mentira!- se corrigió- me forzaron (si se puede decir)  decir eso- Se carcajea y me mira.

Yo con mi carota de espantada (por el grito interruptorio de “¡Mentira!”) y de que no entendía nada.

Es que un día- se acerca y adquiere su voz tono de suspenso- después de tres años, millones de cosas en experiencia, nivel súper alto, tenía  todas las cosas  que nada más esos niveles pueden tener… armaduras, cosas, puntos, monedas…Se borró la cuenta

Me reí tanto. No lo pude evitar. Esas cosas me dan risa. Stop. Rec.

-Fue de las cosas más horribles que jamás creí que me pudiera pasar. Sentí bien feo- explicó – Mira, tenía amigos (yo no tenía amigos en el exterior), toda mi vida era ahí. De repente decías “ay voy a ver que está haciendo tal o cual” y ahí te los encontrabas, armabas plan. Era como si ese fuera mi mundo y acá solo fuera un zombie.

Entonces, se me borró todo. Y después del coraje, la decepción, dije “no voy a empezar de nuevo todo desde el principio. No me voy a volver a pasar otros tres años juntando todo de nuevo. Para estar donde estaba”-

-Y ¿por qué se borró todo?- dije por fin ya que se me pasó el episodio espasmódico

-Porque el  juego fue hackeado y se borraron todas las cuentas. No sabes el daño.- se dio cuenta que casi me regresa la risa-  Ya no había lista de amigos ni tenías nada. Eras un don nadie nivel uno con nada. Todos volvieron a empezar, bueno, yo ya no.

Después de llorar como cinco horas- bromea-  dije ya estuvo  y ahora voy a agarrar otro vicio ¡jajaja! Entonces me pregunté qué quería y me decidí a ser pintor, artista… Entonces me dediqué a aprender…. Y todas las 12 horas que me la vivía jugando (o quien sabe cuantas horas) las usé en leer  técnicas de dibujo (como sombrear, tipos de delineado, acuarelas, óleo etc) y como ya estaba ahí (y a veces me pedían que si las tarjetitas de presentación que si una lona y cosas así) también, de una vez, sobre diseño gráfico.

Me volví un poco obsesivo, porqué me acordé de lo que me había dicho mi papá aquélla vez que estábamos en la banqueta, sobre aprender algo de cada persona.

Entonces estoy ahí sentado, tenía  a un montón de personas en la red que están compartiendo su conocimiento, conmigo, con todo el mundo, con quien guste tomarlo. Y así fue como empecé, me empapé de todo eso.

Ahí en esa sillita de ciber café, fue cuando descubrí Taringa lo primero que se me ocurrió poner es el apodo que por mucho tiempo había usado en los juegos online. Y sin pretensión ni nada, solo por costumbre, ahí me puse HEROMEX.

 

El arte por el arte para el artista.

 

Pausa para asimilar todo eso, remojarnos los labios con café, observar nuestro alrededor (no sé por qué tengo esa maña y se la contagio a los demás. Al menos eso creo).

-Entonces ¿qué ocurrió después? ¿Cómo te empezaste a desempeñar en el ambiente artístico?- expresé al fin y coloqué la grabadora en su lugar.

-Para empezar con el asunto de la pintura de lleno, aun cuando ya había aprendido bastante, pues me generaba dudas; de esas de “y si no lo hago bien, y si no le gusta al cliente, si me quemo por hacer mal mi trabajo”, etcétera.

Entonces me uní con otra persona, Geraldo Abarca, que es mejor que yo. Le dije enséñame. No, me dijo. Apenas si me alcanza para mí y quieres que te enseñe y que trabajes conmigo. No importa que no me pagues, yo quiero ir contigo y aprender. Ok, me dice.

Yo no sabía usar  el aerógrafo y él fue el que me enseñó.  Buenísimo, buenísima gente, ya que aprendí ya empezó a pagarme. Al principio le ayudaba a bajar las cosas de su carro y a instalarse y colocar todo el equipo, y lo veía trabajar. Ya luego me fue soltando más.

Lo dejé ya que me sentí más confiado, ya más suelto y un poquito a su altura, para hacerlo con los clientes. Empecé yo con mis propias creaciones, en la línea que llevo. Lo que me gusta es el realismo, quiero que ese sea mi sello (creo ya te había dicho).  Quiero que la gente se adentre, sienta, vea, que lo que hago le cuente una historia. Que se sorprenda de lo real.

Gracias al aerógrafo, definí mi estilo y mi técnica (que es mixta).  Me gustó mucho su textura y sus aplicaciones. Y así, junto con lo que ya sabía, empecé a hacer mis pinturas, para que se vieran lo más detalladas posible. Porque por ejemplo, el cabello sale padre con tal técnica y la piel con esta otra. Pongo todos los conocimientos que tengo en un solo cuadro.

Muchas veces empezaba con acrílicos de fondo, luego le metía oleos y ya por último el aerógrafo… Aceites, pintura automotriz, todo un collage pero queda muy padre. Ahí va mente, cuerpo y alma. Cada cuadro es todo lo que soy hasta el momento.-

Tomo aíre. Sonrió. Y yo no quise interrumpir. Si acaso miré el teléfono. Tan metida estaba en la historia que luego se me olvidaba, pero Izrael hallaba la forma de avisarme.

 

-De ahí para arriba- continuó-  Que fue cuando me conoció Nina Mier, que me empezó a apoyar. La conocí en el Cervantino, que me pidieron que hiciera algo con tema de Los Dones de la Naturaleza. Y ya de ahí comencé a conocer a los demás… Poco a poco, no digo que de golpe.

De hecho- corrige emocionado por el triunfo de su memoria-  cuando conocí a todos fue cuando Yuvid me habló para ir a pintar la barda con Memo (Memuco), ahí fue donde me empecé a relacionar ya más con todos los demás artistas.

Haces también Body Paint ¿fue por la misma curiosidad del aerógrafo?

Pues, mira, con el body Paint comencé, porque me regalaron unas pinturas y yo quise saber qué onda con eso, y empecé a experimentar, me pinté sobre mi mano izquierda y me encantó. Experimenté primero con mi mismo brazo (infinidad de veces) y luego ya con más experiencia, tuve que comprar más pintura porque casi me la gasté toda en mi… y ya pinté a una amiga y a otros amigos. A Yuvid la he pintado como 5 veces, hice una sesión de sirenas…

A Maru como la Silenciosa…- recordé.

¡Uh, no! Eso ya fue mucho después, cuando yo ya me sentía maestro … es broma, es broma, pero bueno, entiendes.

Reí.

 

¿Premios?

 

Oye y que tal con los de los premios.

Le tomó a su bebida. De sorbito en sorbito, ya me quedaba la pura espuma.

-Mira que he despreciado muchos concursos, invitaciones y ahora me estoy queriendo, digamos “poner al corriente”, no iba, no me metía.

-¿Y eso?

-Es que no me gustaba la idea de hacer competencia, de ver al arte como algo de yo soy mejor que tú, sino algo para compartir, para apreciar. Cada quien tiene sus gustos

Y ya cambió mi forma de pensar, pues, bien que mal, es una manera de compartir y si gano pues felicidades para mí, y  si no, pues  ya lo hice.

Hace poco estuve en Caborca. No gané, pero por la gente me dijo que gané y eso me hace muy feliz, porque son el mejor juez. Llevé un cuadro de un viejito llorando y la gente entraba y se iba directo al cuadro.  Le puse todo el sentimiento. A mí me gustó mucho. Ya que lo traiga (ya que aún está expuesto) le voy a dar unos toquesitos más.

Conocí a artistas muy buenos y me quedé a un taller que era de un beneficiario del FECAS que ganó en escultura. Muy interesante. Era una escultura con basura y cosas que se recolectaban, no la típica de arcilla y así. Padrísimo e intensivo, de todo el día, (fueron 4 días).

 

Ahora unos comerciales…

Y ahora ando en el mundo del tatuaje…- continúo

Ohoooo momento, momento. Esa es otra historia. Y sí, la tengo programada, porque tengo preguntitas.

Ok. Ok. También hice (y hago) trabajos de pintura automotriz y  de hecho estuve en un rally pintando motos…- sí , recuerdo haberlo visto

¿Comerciales?

Bueno- se encoje de hombros- Es que hago de todo en cuanto a pintar y dibujo se refiere. El lienzo (o la superficie) no es inconveniente.- sonríe orgulloso

 

Razones…

 

Y no tienes vicios.

No- negativa rotunda- Por lo mismo de mi papá, jamás estuve involucrado en nada. No fumo, no bebo, mucho menos drogas… Y también por eso trabajo tanto.

Mi papá estuvo muy enfermo y yo fui el que sostenía a mi familia. Entonces… todo tenía que ser intensivo. Y de hecho ahora que ya está mejor ´- escuché como se tragaba los sentimientos-  de hecho fue un milagro, un milagro de Dios que me lo regresó completito y sano, porque estuvo unos minutos sin pulso ni respiración y cuando regresó, ya no tenía ni rastro de su padecimiento. Nada. Ahora solo es una persona mayor. Y … obvio ya estamos más relajados, me puedo concentrar un poco más en mí. Obvio  que vamos a chequeos y todo,  y él está todo lo sano que se puede estar. Es increíble.

 

Me quedé muda. No sé qué decirle a la gente en momentos tan emotivos.

 

Ya para terminar.

 

Izrael, me distrajo con otros tópicos.

Entonces, por estar moviéndole al teléfono sucedió algo terrible. De pasar, guardar y  grabar un audio nuevo, a algunos le puse basura. Izrael se dio cuenta.

-Este… ese no es guardar… creo que le diste basurita-

-¡¿Le puse “basura”?! ¿¡En serio?!

¡Sí!- estaba riendo entretenido- Bueno, que bien, porque en realidad eso era puro chisme-  trató de tranquilizar…

 

¡No inventes!… ¡Qué coraje!

Proyectos a futuro?

Pues los que vayan saliendo

¿No tienes agendados?

Si, pero no puedo decir

¿Son top secret?

No pero… que tal si se salan.

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