Es una tradición en Rocky Point 360, que cuando es cumpleaños (o algo que festejar) se celebre con algo tranquilo en el Capone´s (Al Capones), y tampoco es ningún secreto, que ya Dave es buen amigo. Siempre un detalle, una rebanada de pastel, un trago, o un platillo para probar especial para el festejado… Sin embargo, en esta ocasión, celebrando a Plinio, fue un tanto más interesante: caímos justo en una selecta (por no decir íntima) degustación de vinos. Dave, en el lugar de la esquina, con sus amigos (y compañeros de pesca), con varias botellas en la mesa, platicando, descubriendo algunos vinos buenos y no tan caros que había encontrado. Según dijo, ya era hora de que cuando los comensales pidieran vino, tuviera más opciones que el vinagre de siempre (que no es que esté malo, no, pero ya probando las novedades, el confiable llamado “el de siempre”, quedó relegado casi casi a vino de cajita). Que siempre lo había querido hacer, pero por alguna razón no había pasado. Y ahora convergieron
las fiestas. En la otra esquina, estábamos nosotros con nuestras cervezas, un guacamole y pizza, cuando Dave puso sobre nuestra mesa las primeras dos botellas y luego otras dos. «Yo sé que a las mujeres les gusta el vino» y sirvió dos copas «quiero que prueben ¿quién más quiere? Todos ¿verdad?» y mandó al mesero a traer más copas. Y así, con esa ligereza, ya estábamos dentro de la cata. Puso a enfriar unas botellas, nos dijo que refrescáramos las copas con un hielo (y luego lo tiráramos) y empezó con vino Blanco, chardonay, luego un Merlot & Sangiovese, un Pinot Noir y terminamos con un Chianti. Con opción de refill (por si no habíamos degustado bien). Cada uno con su respectiva explicación, seguido de la opinión de cada uno de los presentes. Ustedes disculparán el maridaje, pero las circunstancias no estaban para ponernos exquisitos; fue sorpresa,…