Concierto y Presentación de libro Hace algunos meses, cuando Luis Lugo trajo a David Aguilar, platiqué un poco con él, le hice una entrevista. Si recuerdan, él había traído a su amigo David como pretexto para verse y para ayudarle a cumplir sus objetivos del proyecto en la Fondeadora (necesitaba cierto número de conciertos y […]

Concierto y Presentación de libro Hace algunos meses, cuando Luis Lugo trajo a David Aguilar, platiqué un poco con él, le hice una entrevista. Si recuerdan, él había traído a su amigo David como pretexto para verse y para ayudarle a cumplir sus objetivos del proyecto en la Fondeadora (necesitaba cierto número de conciertos y llegar a recaudar cierta cantidad) y ya ahí, entre risas penosas, se entreveía que le estaba gustando el asunto de promotor musical. En ese entonces, me comentó que si todo se daba bien, tenía muchos amigos, muy talentosos, que merecían ser escuchados. Y ahora lo hace de nuevo, trae a Yahír Durán a Peñasco, que es donde el cantautor va a cerrar su Gira Norteña. Exacto, nuestro sagrado Rocky Point, ya está en el mapa de muchos. Nos vimos en la oficina en un ratito libre que tuvo y platicamos al respecto. Muy alegre él, llegó a tiempo y feliz, pues le acababan de dar los boletos para empezar a venderlos. Jalamos un sillón, nos acomodamos y prendí la grabadora- ¿Qué me

puedes decir de Yahír? De él, de su música - comencé después de los saludos y el ofrecimiento de líquidos preliminares. -A ver pues, así a grosso modo, como dicen: Yahír Durán viene de Guadalajara. Tiene veintiún años ya viviendo ahí, pero él es de Topolobampo, osea que también es sinaloense (si recuerdan que David Aguilar, aunque vive en México, es de Culiacán).- se endereza en el sillón y continúa con la breve reseña. -Lo interesante, o lo que me gusta mucho de su música, es que tiene un estilo muy mezclado. Tiene desde rancheras, cumbia, merengosas, trova, unas más guapachosas, algunas como jazz o blues, tiene unas medio raperas... osea no se limita. Y también sus letras, que son muy poéticas y de muchos temas, no nada más se clava en uno- Se rasca un poco la cara y continúa- Mira, es…

En toda la ciudad se observa una creciente cuadrilla de ciclistas. Cuando menos lo esperas te pasan zumbando dos que tres personajes pedaleando a cualquier hora; ves que en las “segundas” hay en venta varios modelos y que fuera de las tiendas hay varias estacionadas y amarradas con cadenas.  Aparte de que se han estado […]

En toda la ciudad se observa una creciente cuadrilla de ciclistas. Cuando menos lo esperas te pasan zumbando dos que tres personajes pedaleando a cualquier hora; ves que en las “segundas” hay en venta varios modelos y que fuera de las tiendas hay varias estacionadas y amarradas con cadenas.  Aparte de que se han estado organizando domingos ciclistas y diversas actividades que fomentan este deporte. Luego, sube el precio de la gasolina y tu doctor te urge a hacer ejercicio. Entonces supongo ya sientes una vocecita que te insiste  “deberías de hacerte de una bici”, y la verdad, deberías de hacerle caso. Es algo muy bueno. Haces ejercicio, disfrutas del aire y un poquito de sol, usas un medio de transporte ecológico y Puerto Peñasco se presta divinamente para ello, pues es una ciudad sin muchos altibajos en sus calles y las distancias son relativamente cortas. Aparte de que con bici, la verdad es que se siente  uno bastante cosmopolita. Sin embargo, no me van a negar que

el asunto aunque parezca medio romántico, en la práctica es medio caótico. Hay ciclistas, viniendo hacia uno en sentido contrario, que se pasan los altos, que sacan sustos con sus maniobras temerarias en las vueltas de cambio de dirección o carril, o aquellos que apenas empiezan, se andan tambaleando y también los que te salen de la nada. Observo que muchos de ellos no traen casco, andan a media calle, pasan luego de balazo por las calles dibujando vueltas osadas y que se atraviesan a peatones y carros por igual. Imagino que como ciclista se deben tener a algunas reglas para transitar en la calle, por seguridad o aunque sea por pura cortesía. No es solo subirse a una bici y decir “ahí les voy”, si hasta en los parques hay reglas. No señores, aquí no vale la idea de “yo tengo la preferencia”, porque es una máxima que esgriman todos como…