For many astronomers, the Geminid meteor shower is one of the most spectacular with approximately 120 meteors per hour, a remarkable streak indeed.

A meteor shower is ideal for this cozy December season. Away from city lights, without the moon brandishing its fullness, the sky becomes a monumental galactic work of Jackson Pollock - colors, lights, constellations and stars crisscrossing the celestial dome, transforming the night into one of the most marvelous natural spectacles.  It’s like having a window into another world, an ensemble of meteors entering the earth’s atmosphere at outstanding speed, which, thanks to friction, ignite and become the iconic falling stars we find ourselves wishing upon. The Geminid meteor shower is expected to last from Dec. 4th – 16th, with the nights (or rather early hours of the morning) of Dec. 13th and 14th highlighting the most activity and visibility, taking advantage as well of the moon in its first quarter. The Geminid meteor shower consists of moderate speed meteors from a radiant of the Gemini constellation, having been created by the Phaethon asteroid (though this asteroid is thought

to be an extinct comet whose particles were ejected centuries ago, which in effect is a very interesting story). For many astronomers, the Geminid meteor shower is one of the most spectacular with approximately 120 meteors per hour, a remarkable streak indeed. So, it would be ideal to be prepared to catch this December show: chairs, blankets, hot drinks, and – thanks to technology – it’s ever easier to capture a memory; sufficing a smartphone with a minimum of 12 megapixels. The first step is to know where to look, or in this case locating the Gemini constellation at coordinates: right ascension 7h28m, declination +32,2°.  If you’re not sure how to find the constellation, there are plenty of apps out there to help, such Star Walk 2 - which identifies stars, planets and constellations in real time – and Sky Map Devs, which is quite simple, not to mention the app from NASA. Second step, it’s important to set up a…

Hello Im Naomi and I do whatever I want.Según cuenta Russ así se presentó Naomi en una reunión de negocios, y la prueba de ello está en la calle Ramón Figueroa, en una barda pintada de colores café, arena y azul, que dice “Off The beach”. Dentro existe un templo a la creatividad.Desde la decoración (exterior e interior), hasta el contenido y el más mínimo detalle. Es entrar al mundo de los Black; hay visos de Russ en todos lados, pero la presencia que da congruencia al lugar es la de Naomi; una sirena en el mundo real.

Hello Im Naomi and I do whatever I want. Según cuenta Russ así se presentó Naomi en una reunión de negocios, y la prueba de ello está en la calle Ramón Figueroa, en una barda pintada de colores café, arena y azul, que dice “Off The beach”. Dentro existe un templo a la creatividad. Desde la decoración (exterior e interior), hasta el contenido y el más mínimo detalle. Es entrar al mundo de los Black; hay visos de Russ en todos lados, pero la presencia que da congruencia al lugar es la de Naomi; una sirena en el mundo real. No les voy a mentir, cuando me dijeron que iban a abrir un museo de conchitas no pensé en nada divertido; tal vez algo novedoso y curioso, sin embargo, me llevé una, no grata, sino gratísima sorpresa. Además que Naomi y Russ son risueños y simpáticos , el museo es de un interesante asombroso (claro, si son de alma curiosa y les gusta preguntar e interactuar, si son de los

que ven y se van, pues así ni el MOMA). No les quiero arruinar la sorpresa, pero el museo en realidad es muy pequeño pero profesionalmente adecuado; con ilustraciones, videos, estantes y unos anfitriones muy informados.  Te enseñan a mirar la playa y sus tesoros que a simple vista pueden pasarnos inadvertidos. Llevan alrededor de treinta y cinco años caminado por las playas, juntando conchitas, aprendiendo cuales son sus orígenes y cuales  sus diferencias. Pero el proyecto en forma del museo empezó en julio del año pasado. Seleccionando, catalogando, buscando las ilustraciones, ahondando en la información. Y es ahí, justo en ese ahondar, donde se revela la otra sorpresa del museo: Encontraron que hace miles de años había un intercambio entre los pueblos nómadas de joyería (en especial pulseras) hechas de conchas. Estando ahí hay un mapa, pregunten por eso. Sin duda una relación curiosa en los extremos de la…