Estos individuos usurpan roles de doctores, dermatólogos, psicólogos, periodistas, escritores, nutriólogos, coaches espirituales, entrenadores, expertos con doctorado en cualquier materia (política, economía, sociología, biología, historia, religión, metafísica, brujería, artes, cine, etcétera), gurús de moda (ustedes creerán que es de los que menos daño hacen pero nooooo, nada más hay que ver los modelitos con los que uno se topa en las calles y le arden a uno los ojos) y lo hacen sin ninguna ética o responsabilidad social.

Seguro has visto de todo. Los videos recomendados y los trending topics no dejan de aparecer insistentes con sus chismecitos con dimes y diretes. Abres cualquier red social y te alimentas, no de entretenimiento, sino de la urgencia feroz por figurar.  Llegamos al grado que ya hay una influencer en la cárcel de Santa Marta haciéndose la brava, supongo queriendo emular a una Harley Quinn (la interpretada por Margot Robbie) y otra extendiendo el personaje de Rosario Tijeras a la vida real, haciéndole la vida de cuadritos a quien se interponga entre su proteína y el consumidor. Gente sin gracia y vulgar que con micrófono en mano expone, humilla y se aprovecha de otros con el pretexto de “entrar en personaje”, cuando solo son ellos mismos magnificados por la lupa de una cámara. Es muy entretenido, lo acepto, sin embargo, pone en evidencia la calidad de gente que goza de chorrocientosmil seguidores y/o se autodenomina celebridad, influencer; son una basura de personas. Es la verdad. Individuos sin calidad humana, que pueden pasarse la veda

electoral por el arco de las piernas como si se secaran después de bañarse por dinero, gente que defiende sin ápice de empatía o humanidad, a imbéciles y salvajes, que además haciendo gala de nula inteligencia, culpa o instinto de preservación distribuyendo videos que exhiben un delito. Personas que no tienen ninguna conciencia social vendiendo agua (sí señores, agua, el Juanpa Zurita vende agua, punto), o una “proteína” con su nombre artístico, que causa más daño que bien y que, además, sabe horrible según la mayoría de los reviews. Como por ejemplo también, el maquillaje de una estruendosa influencer que hizo su nombre gracias a maquillarse y hacer reviews de cosméticos y que justo el diseño se me hizo coqueto, pero la calidad en sí de los polvos y labiales se me hicieron de pésima calidad. En la sola prueba, se sentía más bonito y humectado…

Imaginen a Indiana Jones, sacerdote, desmemoriado y sean generosos y dénselo a un escritor -slash- periodista ambicioso, fanático las teorías de conspiración, (y seguramente de J.J Benítez, David Icke, Alex Jones e Infowars) y con un montón de información citable en sus manos, que le hace agua la boca.

Imaginen a un Indiana Jones ensacerdotado, desmemoriado, maltratado un poco por el MKUltra, con visión de túnel en cuanto a sus creencias; al que no saben ni porque lo agarraron y lo acusan de cosas terribles que jura jamás haber hecho, pero seguro no está. Imagínenlo corriendo, escapando por túneles húmedos y mugrientos en el Vaticano, recorriendo Roma por ductos secretos, siendo golpeado incesantemente por aproximadamente cuatrocientas páginas. Ahora visualícenlo con una monja que no es monja de la cual se enamora tontamente, con un jardinero que no es jardinero, con unos sacerdotes que son masones, con asistentes que son matones y una CIA que sí es la CIA, pero no la que todos creen. Ahora sean generosos y dénselo a un escritor -slash- periodista ambicioso, fanático las teorías de conspiración, (y seguramente de J.J Benítez, David Icke, Alex Jones e Infowars) y con un montón de información citable en sus manos, que le hace agua la boca. Le damos tiempo para marinarse e imprimirse en celulosa y obtenemos el libro Secreto Vaticano de Leopoldo

Mendívil López. Un libro que de haber sido un ensayo o reportaje habría sido tan aburrido como entrar a leer los archivos pelones desclasificados del FBI. Un libro en el que los malos son muy malos y, además de fascinarles el suspenso, les encanta dar cátedra sobre lo que saben. Pero, como buenos catedráticos, tienen que darte a conocer el contexto histórico. Y … no sé si se ponían de acuerdo, por radio, mensajes, telepatía o sabe Dios cómo, pero siempre el villano o guía en turno (todos golpeaban al pobre protagonista), continuaba justamente donde se había quedado el anterior; incluso rellenaban los huecos de los personajes que aparecían eventualmente. Me costó leerlo la verdad. Me costó mucho. Y eso que a mi me encantan las llamadas Teorías de Conspiración; son mi guilty pleasure, por eso me lo recomendaron. Sin embargo, lo hallé pesado, presuntuoso,…

Caes en cuenta que casi todas parecen insinuaciones sexuales; te advierten que, tomes el rumbo que tomes igual te van a coger. Tu escoges si quieres hacerte el desprevenido. En fin, cada quien sus kinks.

Estas en la calle, de pronto suena una inexistente tambora y de la nada te sale un ejército de jóvenes rodeando a un candidato que parece el  papá de todos ellos. Algunos ondeando banderas y otros nada más moviéndose como edecanes de tienda de azulejos, pero eso sí, todos traen sobre la ropa una camiseta de las mas vulgares y mal estampada.  Sigues tu recorrido con pena en el corazón y a izquierda y derecha te atacan espectaculares de pésima calidad (algunos ya rotos) de candidatos políticos. De caras infames, nombres ridículos que sacan a relucir apodos aún peores, sonrisas más falsas que un bigote negro después de los 60’s, y los slogans más terribles que en tu vida hayas escuchado. Por ejemplo el de "Gustavoacan por CoyoAcan”, o “Hazlo conmigo no con la Morena” , además de los típicos imperativos de anexo: hagámoslo, emprendamos, mejoremos, retomemos, etcétera. Caes en cuenta que casi todas parecen insinuaciones sexuales; te advierten que, tomes el rumbo que tomes igual te van a coger. Tu escoges

si quieres hacerte el desprevenido. En fin, cada quien sus kinks. Te da risa, sí, pero te sobas las sienes. El auto se detiene y escuchas de nuevo música; ahora es un cover de una canción de banda. “Todos a votar por fulano de tal. Ahora sí la voz que tu quieres, ahora  sí un candidato que te representa", o algo así, que te das cuenta que ni rima. No inventes, piensas, le atino mejor yo cambiando las letras de Flans o Frozen de broma con mis amigos con varios tragos encima, que estos con sus disque maravillas publicitarias . La rolita de movimiento naranja, esa sí que fue un hitazo. Sonríes y tarareas el coro de movimiento naranja. Obviamente que no tienes una idea de quién sea el candidato ahora, y la verdad es que ni te importa. La música insiste y el semáforo sigue en rojo.…

ya fuera de broma, lo considero un libro tristemente peligroso. Pues bastante mal puede ocasionarle a alguien que considera su vida gris, monótona y que haya considerado matarse, curándola con “un poco de amor por la vida”, porque en realidad tiene “vitrolo” (si no se llama así, no importa porque no voy a abrir de nuevo ese libro para comprobarlo). Solo va a ocasionar más frustración.

Leí Verónica decide morir por razones meramente de integración; o sea estoy en un club literario y ese es el que salió en la tómbola. Ok, le hicieron una película. Ok, lo encontré en físico. Ok, tiene letras grandes y en teoría puede ayudar a recuperar ritmo de lectura que reconozco he perdido (como el dejar de ir al gimnasio). Me serví un trago coqueto para entrarle con ganas y pelearme a gusto con el autor (así dice una amiga) durante toda la lectura. Y quedé gratamente sorprendida del soberano y monumental dechado de porquería que me aventé en dos días, (que solo terminé por el compromiso adquirido). Lo único rescatable de ahí es, aparte de los márgenes en blanco y la calidad de la portada y contraportada que están gruesecitas y aguantadoras, sin dejar de lado la titánica labor de poner tanta caca junta y que parezca un libro, es la idea que flota por ahí de que no dejes que tus padres, con sus ideas precontruidas

del mundo, te corten las ilusiones de hacer lo que quieras o para lo que has sido creado, tu destino o pónganle como quieran. Es como encontrar un billete de veinte pesos, en una bolsa gigante de Sabritones (o en un Paquetaxo amarillo en una peda). Es solo la sorpresa de “¡Ah mira!” porque no alcanza ni para los cigarros, ni para otra bolsa de papas, mucho menos para un six (pero lo guardas por ahí para la coopera). Sin embargo, ya fuera de broma, lo considero un libro tristemente peligroso. Pues bastante mal puede ocasionarle a alguien que considera su vida gris, monótona y que haya considerado matarse, curándola con “un poco de amor por la vida”, porque en realidad tiene “vitrolo” (si no se llama así, no importa porque no voy a abrir de nuevo ese libro para comprobarlo). Solo va a ocasionar más frustración. Puede ser, (doy el beneficio…

Brujas. Poseídas. Locas. Putas. Adictas. Histéricas. Busconas. Malagradecidas. Herejes… A través de la historia ha habido muchos epítetos. Ahora, brincan juntos como una realidad velada y que se escuda convenientemente en la realidad violenta y feminicida (lo siento, hay que decirlo así) del país.

La obra es una fotografía de la serie "Sueños Amorosos" de Demian Siqueiros, cuando se expuso en el Jardín Borda. Al teléfono mi amiga estaba muy enojada. Me habló para desahogarse y despejar su mente, porque, bueno, seamos honestos, gracias a la distancia, ambas estamos convencidas de que esa es mi humilde aportación. El asunto es delicado. Es terrible. Incluso inconcebible, pero tan real como que estoy poniendo mis dedos en estas teclas. Una compañera de su trabajo había desaparecido. Según entendí, se iba a mudar de casa e iniciar su proceso de divorcio y un día ya no se supo más de ella. Incluso tenía protocolo de persona desaparecida. Hasta ahí, horrible, pero relativamente normal (es aterrador que en México podamos llamar a esto “normal”, pero ese es otro tema), y la gente sigue su vida, preocupada, asustada, pero siguen. Entonces mi amiga recibe una llamada fuera de lo común; una mujer al otro lado de la línea ¿Conoces a “…” que trabajaba en tu área?. Sí, responde mi amiga, pero

hace rato que no la veo con esto de la pandemia. Pues esta internada en una clínica de “rehabilitación” en contra de su voluntad, siguió la otra mujer. Lo raro, me comenta mi amiga, es que la chica no consume drogas ni alcohol. Solo se iba a divorciar. La que me llamó, también fue internada en contra de su voluntad hace algunos meses, ¿recuerdas?. En lo personal me gustaría  proponer el término “removida de la vida social que acostumbraba”). Bueno, siguió mi amiga. Ella fue lo suficientemente brillante como para hacerse de algunas amistades y así se enteró que esta chica estaba dentro. A ella la hicieron pasar por loca (que tal vez lo esté, no vamos a discutir eso), pero el lugarsucho este, no es un psiquiátrico, ni una clínica, es un centro de rehabilitación. En lo que estábamos hablando, la puse en altavoz para hacer una…

Es la historia del hijo pródigo cuatritransformada, que está infectando un país, entrando por debajo de las puertas como inundación.

“Abrazos no balazos” fue la propuesta. Acusarlos con sus abuelas o mamás para que les corrijan. Asegurar que no se les maltrate y sean tratados como seres humanos que fingen ser. Saludar de mano y con todo respeto a la sacrosanta madre del Chapo. Juicio justo a violadores y fianzas asequibles para pederastas. Por señalar algunos. Sin embargo, a los de a pie, habrá que tratarlos con dureza para que no se salgan del redil. Hay que exprimir a esas vacas lecheras tan consentidas y quitarles la soberbia, enseñarles humildad a aquellos que creen o quieren salir adelante por sí mismos. Un puño de hierro y cero tolerancia. Es la historia del hijo pródigo cuatritransformada, que está infectando un país, entrando por debajo de las puertas como inundación. Por mas barreras que quieras poner, sabes que, o deja de llover, o solo es cuestión de tiempo, para que aquello arrase contra todo. Vamos, que todo mundo sabemos de qué pie cojea México. No hay que hacernos que el mesías macuzpano

nos habla y muestra su divino rostro. En otras palabras, no hay manera ya de hacernos pendejos. La pandemia no esta controlada. La gran mayoría de los que ocupan puestos de servidores públicos no están calificados ni siquiera para barrer la calle de su casa (ya no digamos hacer juntas en zoom). La educación esta por los suelos y la rapiña por los cielos. La policía da más miedo que los “maleantes” (sí, ya sé que eso no es nuevo y ese justamente también es el problema), al grado que muchas chicas que están en peligro se arriesgan mejor a subir a un carro sin placas, que a una patrulla. Si quieres poner un negocio, el narco te pide piso y el SAT no reconoce esas “contribuciones” como deducibles de impuestos. Hay una preocupación seria por que los grupos feministas no pintarrajeen las calles con sus “vulgaridades”, pero si el…

La Brigada para leer en libertad sacó una convocatoria para dar cursos de escritura “Para escribir en libertad”. Una monada con muchos temas, muchos autores, todos los viernes de mayo, junio y julio. Es gracioso, porque no le había puesto atención la verdad, y entonces la bomba explotó; en pleno siglo XXI con todo el movimiento en redes el programa estaba formado exclusivamente por talleristas hombres.

No sé si recuerden el comic de la Pequeña Lulú. En él salía un tal Toby, que era el némesis de Lulú. Un niño gordito, jefe de una pandilla de niños traviesos, todos hombres y, en cuyo club no se admitían niñas. En la infancia se vive esa época de exclusividad, sin embargo, ya pasados los diez, doce años a lo mucho, el asunto ya se empieza a no ser tan normal. Y no hablemos de cuando ya nos excedemos de los treintas. La Brigada para leer en libertad sacó una convocatoria para dar cursos de escritura llamado “Para escribir en libertad”. Una monada con la mejor de las intenciones, con muchos temas, muchos autores, todos los viernes de mayo, junio y julio. Es gracioso, porque no le había puesto atención al p'oster, la verdad. Y entonces la bomba explotó; en pleno siglo XXI, con todo el movimiento en redes, el programa estaba formado exclusivamente por talleristas hombres. Se dice y no pasa nada. El asunto es cuando se

ondea siempre la bandera de la inclusión, del todo somos barrio, todos leemos y su página web tiene una cargada atmósfera comunista. Todos somos cultura, todos somos amor, todos somos uno mismo. Una vez más, se dice y no pasa nada. Te disculpas (no sabes muy bien porqué pero lo haces, pero eres una una A.C. de fomento a la cultura y la lectura y la omisión se ha tomado como una afrenta o un retroceso de todo lo que socialmente se ha evidenciado (en especial, los últimos meses). Entonces, aumentas una temporada de puras mujeres, intercalas, lo haces mixto, complementas desde dos puntos de vista, no sé, soluciones hay muchas. Que no a todos les vaya a gustar, bueno, sería de esperarse. El chiste es que salgan los proyectos y se enriquezcan. Se entiende perfectamente que metidas de pata y errores hay y los habrá. Como dije antes, se dice,…

Serotonina es la séptima novela del escritor francés Michel Houellebecq publicada por primera vez el 4 de enero de 2019 en Francia y días después ya se vendía en España, Italia y ¡UFF! Un bombazo, que en lo personal me pareció más como proyecto escolar de cohete casero .

Anunciaron Serotonina con bombo y platillo. En blogs y revistas leías que era un libro ultra recomendado y se lo pedí a mi hermana pues moría de ganas de tenerlo en mis manos para que, con whiskito en vaso, darle fin con esa sensación de gozo y satisfacción que luego me dejan los autores franceses … Pero nada. “‘Serotonina', el incómodo y adictivo libro que debes leer” Enrique Navarro. “Serotonina (Anagrama), el nuevo trabajo de Michel Houellebecq, es un libro cruel, obsesivo, descuajado, errante, misógino y empapado de prejuicios, encabezado por un protagonista miserable pero honesto en el análisis de su decadencia y, por ello, desternillante a ratos y tierno cuando se descuida.” Lorena G. Maldonado. Y etcétera. Para quienes me conocen, saben que con eso es más que suficiente para que yo  me ponga de obsesiva a decir “¡lo quiero! ¡Lo quiero! ¡lo quiero!”. Y lo tuve. Un rato después, pero lo tuve. Serotonina es la séptima novela del escritor francés Michel Houellebecq publicada por primera vez el 4 de enero

de 2019 en Francia y días después ya se vendía en España, Italia y ¡UFF! Un bombazo, que en lo personal me pareció más como proyecto escolar de cohete casero . Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, agrónomo de clase acomodada, que maneja un Mercedes G35 4x4, fuma como demonio en una época donde todo es “libre de humo”, y es un individuo que detesta hasta su nombre. Le recetan Captorix, un antidepresivo que libera serotonina pero tiene efectos adversos devastadores para el hombre: como la desaparición de la libido e impotencia. La historia empieza cuando después de darle muchas vueltas por fin da con la manera menos problemática de separarse de su novia japonesa; le descubre videos pornográficos en los que ella está involucrada. Y así, nos vamos en una espiral de decepciones y erraticidades. Sin embargo, lo único que imagino es que no leyeron a ningún…

Anunciar con actitud benevolente que no habrá censura en contra de esas personas o periódicos, es como poner el dedo en el gatillo y decir “tranquilo papá, no te voy a disparar”.

Si algo han hecho las redes sociales es fomentar y hacer crecer el periodismo profesional e independiente. Y la verdad que no se requiere de mucha provocación para que el carácter rebelde y contestatario de muchos mexicanos saque la casta.  Y en algunos, la casta es de buena escuela, incluso con reconocimientos nacionales e internacionales. Hay una competencia bárbara y este “FOMO” (fear of missing out) generalizado que nos mantiene al filo de la silla con los dedos en el teclado todo el tiempo, tiene a todos corriendo contrarreloj. Por otro lado, los lectores en general tienen la facilidad y habilidad de comparar noticias y datos casi de manera inmediata. Eso hace que no se les pueda tomar el pelo con tanta ligereza, tienen que por fuerza, los periodistas, afianzarse bien, si no quieren ser expuestos y vapuleados en las redes, incluso algunas veces por sus mismos seguidores. Sin embargo, por mucho romance con el que se le quiera impregnar a la definición de periodismo, (compromiso con la verdad

y la objetividad, el bien deber con el pueblo, etcétera), la verdad es que son humanos y, aun comprometidos, la subjetividad, por muy sugerida o breve que sea, sale a flote. Es por eso que los mas versados en esto, recomiendan leer o ver al menos a otros dos o tres periodistas para tener un panorama más amplio. Los hay de todo tipo, como bien lo sabemos. Desde los que son de guerra (literal), hasta los que no se separan del escritorio. Los hay buenos y malos, desde los que hacen una investigación detallada como la de la Casa Blanca de Peña Nieto, o Lidia Cacho y su compromiso como activista de los derechos humanos, y el güey que escribió en un periódico de circulación nacional que Michael Jackson tenía un guante metálico más grande de lo normal (The White Glove Tracking project). Hay de todo en la viña del Señor.…

Es un libro espeluznante tanto por la historia, como por lo humano de sus protagonistas. Te da miedo saber que podrías actuar como cualquiera de los que ahí se describen sin dudarlo siquiera.

Sé que a muchos no les llama la atención, justo ahora (en cuarentenados gracias a un virus) leer sobre pandemias, zombis, apocalipsis y temas similares, sin embargo, este es el momento justo para el que el márketing nos estaba preparando. Poner películas de terror en Halloween, o de Santa Claus en navidad, de futbol en otoño y de playas y travesuras vacacionales en verano. Obvio se ven en cualquier época del año, pero no causan la misma emoción Entonces basándonos en esa premisa, no hay mejor momento para zombis que este. Y no ha habido uno así tan adhoc, en bastante tiempo (y espero que no lo haya, pero para efectos de esta entrada, eso es importante). Hay un brote, una infección, zombies pululando, todo desmoronándose, y las sociedades se vuelven barbáricas, pero siempre tenemos un referente extranjero, y aquí lo que me gusta de Cristhian Chavero, el autor, es que desarrolla los personajes a partir de la idiosincrasia del mexicano, se mete en la persona común  y  los construye sin

polarizar. Es un libro espeluznante tanto por la historia, como por lo humano de sus protagonistas. Te da miedo saber que podrías actuar como cualquiera de los que ahí se describen sin dudarlo siquiera. La historia es muy sencilla en realidad; el mundo se llena de zombis y ciertas personas quieren buscar un lugar donde poder guarecerse tranquilos.  Hay varias historias que se juntan en un momento, junto con su toque sobrenarutal (que sí me sacó un poco de onda, pero no le quitemos mérito, porque le da el giro fatídico necesario). La verdad es que algunos de ustedes saben mi gusto por lo bizarro y exótico y déjenme decirles que me lo devoré en horas. Es terror puro y duro, y Cristhian no deja fuera elementos que puedan horrorizarte, como es el caso del capítulo del kínder. Sin embargo aquí el miedo brinca no de los no muertos,…