La verdad no soy afecta a poner altar de muertos, sin embargo, admiro mucho a quien lo hace. Soy más de la idea de hacer libaciones, si a ritos paganos nos llevamos. Brindo primero por el Dios al que profeso, que lamento informarles que no es Thor (tengo mi parte cursi y espiritual, aunque no lo crean), luego por la memoria de mis antepasados queridos, y de mis antepasados que solo fueron antepasados. Y doy gracias por la fortuna de coincidir (o no, que eso también se agradece) con ellos y ellas. Esas son mis ideas: si están aquí, que convivan, (incluso puedo tener hasta botanita) si no, se les recuerda. No forzamos a nadie. Parte de esto, tiene que ver con mis muy escasas habilidades de anfitriona socialité de lo sobrenatural: no cocino bien (y mis abuelas eran muy exigentes con los sabores), el pan me lo como, la bebida me la tomo, las fotos siempre están, las velas se me olvidan y/o juego con la cera, y los olores

me dan alergia.  Además, y también, porque soy terriblemente miedosa. En lo personal preferiría no tener espíritus correteando por mi casa ningún día, menos cuando pueden traer hasta invitados. Si no propios, menos ajenos. Gracias. Dicho esto, compré unos Cheetos finos, clásicos y unas cervezas selectas no artesanales, me senté a escuchar música en la terraza, y a petición de una amiga, encendí una vela. ¡Salud y gracias! Empezó a hacer un aire, que me imaginé era una borrachera de espíritus enfiestados, peleando por terrenitos de la tía, llorando reclamando al marido que ya se volvió a casar (y todo el chisme que eso conlleve), cayéndose, cantando, levantando polvo, azotándose contra las puertas y así. La luz iba y venía, que parecía discoteca. Quedó eso en mi imaginación y muy decentemente me metí con mi fiesta personal a leer, hasta que la lamparita se quedara sin pila. Obvio, no…

En abril se cerró en Peñasco la gira de los talleres de periodismo cultural A una tinta Sonora, el proyecto de Erika Tamaura para el FECAS. Las sedes incluyeron Hermosillo, Ciudad Obregón, San Luis Río Colorado y, obviamente, este puerto. Y me alegro mucho que así fuera, la verdad no quería quedarme fuera del proyecto, quería conocer la propuesta. Además que hubo una buena asistencia y mucho interés por este intensivo sabatino de ocho horas aproximadamente (con coffe break e intermedio de comida, unas pizzas ahí mismo en la biblioteca).

En abril se cerró en Peñasco la gira de los talleres de periodismo cultural A una tinta Sonora, el proyecto de Erika Tamaura para el FECAS. Las sedes incluyeron Hermosillo, Ciudad Obregón, San Luis Río Colorado y, obviamente, este puerto. Y me alegro mucho que así fuera, la verdad no quería quedarme fuera del proyecto, quería conocer la propuesta. Además que hubo una buena asistencia y mucho interés por este intensivo sabatino de ocho horas aproximadamente (con coffe break e intermedio de comida, unas pizzas ahí mismo en la biblioteca). Erika venía con el entusiasmo que un becario del FECAS presupone, pero este viajecito ya le debía horas de sueño. No se imaginaba que tan apretada y cansada estaría la agenda que había propuesto (uno cree que ese ímpetu jubiloso que se tiene al subir al camión, permanecerá hasta bajar de este); primero a San Luis Río Colorado y ahí se enteró que no había salidas a Puerto Peñasco hasta las diez de la noche. Llegando a Puerto Peñasco a la una y media de la madrugada.

Que fue un alivio, pues la chica que le vendió el boleto le dijo que llegaría a las cuatro de la mañana. No alcanzaría a aprovechar ni tres horas el hotel. (Imaginaba su reseña, centrándose si acaso, en la presión del agua de la regadera y la adorable disposición del baño). Pero por fortuna pudo dormir mas tiempo arrullada por las olas del mar. Lo cual siempre es una ventaja, y muy reparadora por cierto. Gracias a la OCV de Puerto Peñasco se hospedó (poco tiempo, pero muy confortable) en el Hotel Playa Bonita. Apoyando así el turismo, a los bloggers de viajes y de paso también el periodismo cultural. En el Salón Audiovisual Nina Mier, Directora de Cultura Municipal tenía todo listo para iniciar; desde café y pancito dulce, hasta el proyector y la disposición de las mesas y sillas en forma de…

Ya la había escuchado la Noche de Gala del sábado 20, cuando entregaron la medalla Alfonso Ortíz Tirado a Rebeca Olvera, pero entonces dediqué mis oídos a la soprano, dando por sentada (malamente, lo reconozco) a la orquesta que la acompañaba.No había prestado mucha atención hasta que Arturo Chacón, en su concierto, hizo la mención de que era una orquesta joven, y que comparada con orquestas centenarias de otros países, como la de Londres, ésta tiene la misma calidad. Ahí paré mis orejitas para apreciar mejor.

Ya la había escuchado la Noche de Gala del sábado 20, cuando entregaron la medalla Alfonso Ortíz Tirado a Rebeca Olvera, pero entonces dediqué mis oídos a la soprano, dando por sentada (malamente, lo reconozco) a la orquesta que la acompañaba. No había prestado mucha atención hasta que Arturo Chacón, en su concierto, hizo la mención de que era una orquesta joven, y que comparada con orquestas centenarias de otros países, como la de Londres, ésta tiene la misma calidad. Ahí paré mis orejitas para apreciar mejor. Fue cuando estuve de pie el el área de prensa frente al escenario, cuando la voz de Arturo Chacón me pegaba de frente, la música de la orquesta bajo la dirección de David Hernández Bretón sonaba con energía y me envolvía con tanta naturalidad que parecía parte del sountrack de mi vida. No había tenido la oportunidad de escuchar a la misma orquesta en escenarios distintos y con directores diferentes. Con la batuta de David Hernández en el exterior, tiene un elegante brío juvenil, coqueto y brillante (quizá me

vi influenciada por eso de que dijo que era una orquesta joven). Pero días después la escuché en el Palacio Municipal, con el maestro George Hanson. Mi vasto lenguaje se reduce a expresarse en cuatro simples sílabas: FE NO ME NAL. Mi mente sufrió una explosión con aquel ecualizador humano que controlaba tiempos, tonos, volúmenes, intensidades, rudezas; sentí como aquella orquesta pasó de un high quality mp3 a un LP. Con George Hanson era un sonido maduro, sofisticado y con esa sensación de confort y frescura que ofrecen unas sábanas de algodón egipcio. La orquesta llevó de la mano a Ariadne Montijo a interpretar Júrame al límite del paroxismo. La piel chinita masiva avanzó como una ola desde las primeras filas hasta el segundo piso del Palacio Municipal que fungía como teatro. Todos lanzaron su torso hacia adelante o abrían los ojos impresionados; se…

Estuvimos alrededor de cinco horas a la intemperie helada de Álamos,  para no perder lugar y escuchar el concierto de Arturo Chacón. Sólo porque saliendo de la función de cine lo escuché haciendo el soundcheck.« ¡Qué hermosura! ¿Quién será? » Yo salía de ver La Perla en el Museo Costumbrista (función especial de la película restaurada a fondo; fotograma por fotograma, de la Cineteca Nacional), cuando La Traviata resonaba con violencia por toda la plaza. Pieza clásica pero indispensable (esa y La Donna e móvile, son de las  más populares). 

Estuvimos alrededor de cinco horas a la intemperie helada de Álamos,  para no perder lugar y escuchar el concierto de Arturo Chacón. Sólo porque saliendo de la función de cine lo escuché haciendo el soundcheck. « ¡Qué hermosura! ¿Quién será? » Yo salía de ver La Perla en el Museo Costumbrista (función especial de la película restaurada a fondo; fotograma por fotograma, de la Cineteca Nacional), cuando La Traviata resonaba con violencia por toda la plaza. Pieza clásica pero indispensable (esa y La Donna e móvile, son de las  más populares). A media marcha se escuchó muy opaco, y entonces pensé era una grabación o u video con los éxitos operísticos, o una muestra del concierto de la noche, (y me pareció muy atinado, pues al fin y al cabo es un festival cuyo eje es la ópera). Por eso me dirigí al escenario, además que un payaso callejero insistía en ponerme los nervios de punta y, mejor salir de ahí (eso sí, una de mis operas favoritas es Pagliacci). Paré en seco al ver en el escenario a Arturo Chacón en

forma y figura (eran las seis y media, cuarto para las siete y el concierto estaba programado para las diez de la noche), sonriendo aun con cara de cansado y cantando ahora Funiculí Funiculá. Me pegó en lo hondo de mi asombro por dos cosas, primero porque eso es lo que yo esperaba del festival: voces divinas que me guiaran por las calles, para llegar a toparme a los artistas casi de frente. Segundo porque pensé que me lo había perdido. Estaba haciendo el soundcheck con la orquesta, de ahí que luego se oía raro, opaco o distante. Saludó a los algunos que estábamos ahí escuchándolo y una vez obtenida la meta acústica se despidió «¡Nos vemos en la noche!» (con esa confirmación recuperé la compostura). Yo sé que la sonrisa no era para mí, pero me la tomé personal, y no solo eso; en la…

«¿En serio no la conoces? Vas a ver, te va a  encantar.  No por nada está nominada al Grammy» me dijo Erika Tamaura «Ya no te voy a  decir más, porque te voy a arruinar la sorpresa. Tu disfruta».Entonces, con cierta dejadez y cámara en mano estaba esperando que empezará el concierto. En cuanto apareció en el escenario y su voz atronadora se subió por mi espina dorsal en un un escalofrío. ¡Que bárbara!  Qué voz; cruda, visceral, de una melancolía descarada. Me sacudió.

«¿En serio no la conoces? Vas a ver, te va a  encantar.  No por nada está nominada al Grammy» me dijo Erika Tamaura «Ya no te voy a  decir más, porque te voy a arruinar la sorpresa. Tu disfruta». Entonces, con cierta dejadez y cámara en mano estaba esperando que empezará el concierto. En cuanto apareció en el escenario y su voz atronadora se subió por mi espina dorsal en un un escalofrío. ¡Que bárbara!  Qué voz; cruda, visceral, de una melancolía descarada. Me sacudió. Posiblemente,  si la hubiera  escuchado en una fiesta, hubiera emitido una opinión sosegada y la hubiera agregado a alguna de mis listas de reproducción. Pero ¡caray! La tenía frente a mi, con toda su energía y su sonrisa hipnótica que parecía dirigida a cada uno de los presentes. Me quedé  petrificada, como si por moverme ella notaría mi asombro y huiría,  tal vez ofendida al reconocerme como alguien ajeno. Era una presencia  poderosa en Plaza de Armas, era todos los extremos sin puntos intermedios.  Incluso olvidé pulsar el obturador, 

hasta que Erika me saco del estupor con un "¿Qué tal?". Canto, bailó, disfruto de su música  y la alegría de estar en el escenario haciendo lo que le gusta. Y si algo disfruto mucho es ver y sentir a un artista gozar su arte, apasionarse. Flamenco contemporáneo en la intimidad de un gran escenario. Y terminé extasiada y sin encontrar  las palabras. Pero las sorpresas no terminaron ahi. Al día siguiente hubo una rueda de prensa en el Hotel Colonial con ella. Aquella diva fabulosa de fuerza imponente en el escenario, era una mujer soñadora, un monje del arte, con chamarra de piel, jeans razgados, calcetines con perlitas   y tenis de agujetas neon (ella misma dijo: "-pertenezco a la única religión legítima que Dios puso en la tierra para el ser humano, que es el arte). Sorprendía a todos con sus respuestas. Inspiró a más de una persona a…

Hello Im Naomi and I do whatever I want.Según cuenta Russ así se presentó Naomi en una reunión de negocios, y la prueba de ello está en la calle Ramón Figueroa, en una barda pintada de colores café, arena y azul, que dice “Off The beach”. Dentro existe un templo a la creatividad.Desde la decoración (exterior e interior), hasta el contenido y el más mínimo detalle. Es entrar al mundo de los Black; hay visos de Russ en todos lados, pero la presencia que da congruencia al lugar es la de Naomi; una sirena en el mundo real.

Hello Im Naomi and I do whatever I want. Según cuenta Russ así se presentó Naomi en una reunión de negocios, y la prueba de ello está en la calle Ramón Figueroa, en una barda pintada de colores café, arena y azul, que dice “Off The beach”. Dentro existe un templo a la creatividad. Desde la decoración (exterior e interior), hasta el contenido y el más mínimo detalle. Es entrar al mundo de los Black; hay visos de Russ en todos lados, pero la presencia que da congruencia al lugar es la de Naomi; una sirena en el mundo real. No les voy a mentir, cuando me dijeron que iban a abrir un museo de conchitas no pensé en nada divertido; tal vez algo novedoso y curioso, sin embargo, me llevé una, no grata, sino gratísima sorpresa. Además que Naomi y Russ son risueños y simpáticos , el museo es de un interesante asombroso (claro, si son de alma curiosa y les gusta preguntar e interactuar, si son de los

que ven y se van, pues así ni el MOMA). No les quiero arruinar la sorpresa, pero el museo en realidad es muy pequeño pero profesionalmente adecuado; con ilustraciones, videos, estantes y unos anfitriones muy informados.  Te enseñan a mirar la playa y sus tesoros que a simple vista pueden pasarnos inadvertidos. Llevan alrededor de treinta y cinco años caminado por las playas, juntando conchitas, aprendiendo cuales son sus orígenes y cuales  sus diferencias. Pero el proyecto en forma del museo empezó en julio del año pasado. Seleccionando, catalogando, buscando las ilustraciones, ahondando en la información. Y es ahí, justo en ese ahondar, donde se revela la otra sorpresa del museo: Encontraron que hace miles de años había un intercambio entre los pueblos nómadas de joyería (en especial pulseras) hechas de conchas. Estando ahí hay un mapa, pregunten por eso. Sin duda una relación curiosa en los extremos de la…

En un mensaje de texto me invitó Xoja, una amiga, a ver Juana la loca. Una propuesta de teatro con una compañía local llamada TAIDE y Kritzia Fajardo en un monólogo, pero ahora en el local de TAIDE en la calle Simón Morúa. Teatro en reducido (en corto), una novedad que no había disfrutado en Puerto Peñasco.Me llamó la atención la idea, para variar un poco las salidas. Nunca había estado en el local de la escuela de actuación, aunque sí he visto algunas de sus obras y actuar a Kritzia (de las últimas: la pastorela y la de “Se dicen muchas cosas del sexo").

En un mensaje de texto me invitó Xoja, una amiga, a ver Juana la loca. Una propuesta de teatro con una compañía local llamada TAIDE y Kritzia Fajardo en un monólogo, pero ahora en el local de TAIDE en la calle Simón Morúa. Teatro en reducido (en corto), una novedad que no había disfrutado en Puerto Peñasco. Me llamó la atención la idea, para variar un poco las salidas. Nunca había estado en el local de la escuela de actuación, aunque sí he visto algunas de sus obras y actuar a Kritzia (de las últimas: la pastorela y la de “Se dicen muchas cosas del sexo"). Me llamó la atención la idea para variar un poco las salidas. Nunca había estado en el local de la escuela de actuación, aunque sí he visto algunas de sus obras y actuar a Kritzia (de las últimas la pastorela y la de "Se dicen muchas cosas del sexo"). En otros personajes la había visto un poco exagerada, plana, talentosa pero sin mucho

fondo (obvio, eran comedias). Pero en Juana lució su talento. Sin más maquillaje que una línea que va de la boca a la oreja, despeinada y descalza. En un escenario pequeño negro con una silla, una mesita, un candelabro una botella de vino y una copa; donde le habla de cerca a sus espectadores, sin distractores. Definitivamente estos personajes hacen resaltar. Una historia completa donde Kritzia convertida en Juana se desenvuelve y se ofrece de lleno al público de apenas unas treintena de personas. Es íntimo y vibrante. Un poco apretado, pero la obra es corta, interesante, y vale la pena un poco de incomodidad (lleguen temprano para escoger un lugar). Una obra rebuscada en su lenguaje con el que Juana narró su trayecto a la locura con el candor  de una niña abandonada en una escuela de monjas, y que es exhibida en una carpa de circo. Y se estará…

"Se dicen muchas cosas del sexo" es la obra que llegó el fin de semana pasado (18, 19 de noviembre) a tierras peñasquenses.La verdad, no sé si sea ya mi cuenta de Facebook que está fallando un poco (bastante) y me muestra las cosas tres días después, o que en serio no le hicieron mucha promoción, pero el caso es que casi me pasa de noche (o sea, no asisto) si no es porque una amiga, Xoja, me lo menciona por chat.

"Se dicen muchas cosas del sexo" es la obra que llegó el fin de semana pasado (18, 19 de noviembre) a tierras peñasquenses. La verdad, no sé si sea ya mi cuenta de Facebook que está fallando un poco (bastante) y me muestra las cosas tres días después, o que en serio no le hicieron mucha promoción, pero el caso es que casi me pasa de noche (o sea, no asisto) si no es porque una amiga, Xoja, me lo menciona por chat. Estábamos hablando de libros, que yo quería (quiero) leer “Siete esqueletos decapitados” de Antonio Malpica, una novela de terror para jóvenes de a partir doce años (no se me espanten, dicen que está buenísima, al grado de provocar el deseo por la lectura en chavos de primaria), y entonces recuerda que el fin de semana se iba a presentar una obra que es de la autoría de Antonio y de su hermano, Javier Malpica,  que la dirigía Óscar Fernández (que después me enteré que fue maestro de Susy

Mazón) y  la actuaban  La Caja Negra Teatro, que son chavos de Hermosillo y  Kritzia Fajardo que me permito hacer la distinción porque es amiga de Xoja, en años pasados actuaban juntas aquí en Peñasco en el Teatro Callejero Viento Negro, y obvio ella la invitó a ver esta puesta en escena. (Caja Negra, Viento Negro… No, no veo relación ahí). «La verdad tenía ganas de ir a la obra ¿Tú vas a ir?» Ella (Xoja) tenía un compromiso y yo me estaba enterando de la existencia de ese evento a las seis y cuarto de la tarde. La obra empezaba a las siete.  Me metí al link que me envió sobre el evento y vi una foto de ellos muy animados dentro de una camioneta, que venían en carretera para presentarse ese mismo día. Si ellos podían manejar seis horas para presentarse a las siete, yo bien podía…

Siempre hay una primera vez en la vida, por ejemplo, esta es la primera vez en la vida que veo liberar tortuguitas, y la verdad jamás pensé que sería en las Playas de Puerto Peñasco.Es un evento que involucra muchos sentimientos. Es muy bonito, emotivo, pero también es estresante.Había ido a otras playas para tal efecto y por alguna u otra razón no había ocurrido, hay unas que de plano hay que anotarse y apadrinar para su cuidado. Después te avisan para que puedas irlas a ver moverse rumbo al mar. En muchos es un evento de preferencia con un número reducido de personas, y ahora entiendo por qué.

Siempre hay una primera vez en la vida, por ejemplo, esta es la primera vez en la vida que veo liberar tortuguitas, y la verdad jamás pensé que sería en las Playas de Puerto Peñasco. Es un evento que involucra muchos sentimientos. Es muy bonito, emotivo, pero también es estresante. Había ido a otras playas para tal efecto y por alguna u otra razón no había ocurrido, hay unas que de plano hay que anotarse y apadrinar para su cuidado. Después te avisan para que puedas irlas a ver moverse rumbo al mar. En muchos es un evento de preferencia con un número reducido de personas, y ahora entiendo por qué. Nos avisaron y llegamos a la playa antes. Me dio tiempo de observar a la gente y el ambiente que estaba ahí.  Todo muy playero; colores brillantes, toallas, mangos en palitos, niños jugando en la arena, música. Lentes obscuros, sombreros, bronceador (o en su defecto, bloqueador), bananas, jetskis… Todos en su mundo, muy ajenos a lo que ahí iba a ocurrir. Ahí tenía

que ser, pues según los cánones, las tortuguitas recién nacidas se tienen que liberar en el área donde estaba su nido ¿Podría ocurrir el choque de dos mundos? Entonces a mi izquierda se acercaba una figura con una hielera de unicel. Y empezó la procesión detrás de ésta a la que se fueron sumando más y más personas, conforme se corría la voz ¿Qué ocurre? Pues tortugas bebes listas para iniciar su travesía. No sé si la bióloga Itzel Carolina Cárdenas, encargada de los nidos y su incubación, esperaba tanto quorum. Dio una breve explicación y abrió la tapa de la hielera indicando que podían acercarse a ver, tomar fotos, pero no meter la mano o tocarlas. Después nos acomodaríamos en una valla humana, dejando el paso libre para la carrera de tortuguitas. Estaban hermosas, como si estuvieran recubiertas de terciopelo negro. Ansiosas por salir ,…

Es de Manuel Ballesteros (la expresión y la obra) y si el nombre les suena conocido, es porque es el coreógrafo de  la obra La Línea, del grupo Dédalo que se presentó hace poco con Panoptica Orchestra, aquí en Peñasco en mayo de este año.

Una obra que había estado esperando con sano morbo (si es que eso existe). Lo he visto en algunas publicaciones de Facebook en Hermosillo con buenas opiniones y buenos reviews. El nombre de la obra atrae o no, no hay puntos medios al respecto: El cholo. Teatro, danza, cabaret.  Sin más invitación que la imagen de una persona vestida como tal y con una expresión como de sorpresa. Es de Manuel Ballesteros (la expresión y la obra) y si el nombre les suena conocido, es porque es el coreógrafo de  la obra La Línea, del grupo Dédalo que se presentó hace poco con Panoptica Orchestra, aquí en Peñasco en mayo de este año.  En la foto de publicidad el Cholo sale como si estuviera huyendo de algo, pero no la historia no va por ahí, es muy diferente; no huye, de hecho ¡Es un cholo celebrity famoso! Así juega con la percepción que la gente tiene de este circulo social tan marginado. Y en ese tono, el de un personaje que

no llegó más que a quinto de primaria, sin muchas aspiraciones mas que la de ser cholo, y que por azares del destino se cuela entre el selecto grupo de personajes que se hacen famosos de la nada, cuenta su visión del mundo, aprovecha la oportunidad para dar su opinión, narrar su historia, junto con otras tantas. Todo esto mientras abre una caguama con los dientes (cholo que se respeta sabe abrir una cerveza de al menos diez formas, sin destapador), y le va dando sus tragos para mitigar los nervios y la sed. La vi divertida, pero también extrañada, tratando de recordar en quien había visto gesticular así antes. Era tan vívido. Ese cholo era muy real, crítico y mordaz con algunas ideas, ingenuo como niño con otras, y cholo hasta en las secuelas de las drogas que se metía. Solo perdió un poco la compostura (o investidura)…