El martes 19 fue el sismo en el centro del país. Terrible, dos días de estar al filo de las sillas viendo las redes sociales, porque nos tocó lejos, pero no insensibles. No sé hicieron esperar los centros de acopio, compartir las cuentas de los topos, la cruz roja, de los Albergues y de los que ayudaban animales. Y aquí en Peñasco se organizaron los diferentes grupos artísticos para cuatro días de actividades por la tarde. No sé si lo hicieron a propósito, pero quedó muy padre. Algo que nos sacaba de la rutina y curiosamente nos llenó nos sacó sonrisas impregnándonos de un optimismo hippie; mientras una mano buscando ayuda encuentre una mano que la otorgue, todo va a estar bien, mientras un alma atormentada encuentre otra que la abrace con esperanza, lo material puede ir y venir. Y entonces la idea de que en serio se puede cambiar el mundo es cada vez más tangible. No importando que tan lejos se esté. El jueves lo tomaron los fotógrafos. Se juntaron y pusieron
un mini set en el jardín de la Plaza del Camarón, con luces, flashes. El póster decía "foto por lata", pero avisaron que también podían ser cincuenta pesos, o algún otro tipo de víveres (no solo enlatados). Gracias a que las redes estaban en constante actualización, se enteraron de las necesidades cambiantes, entonces, lo urgente era depositar. Lo demás se juntaría y llegaría al destino días después. Ahí fui, pero no me tomé foto... No gracias, la silla era muy chica, y la verdad nunca sé cómo posar en las fotos y siempre salgo con cara de psicótica, pambazo o aristócrata mal viviente del siglo X (obvio en los selfies hago trampa, mucha, como todos). Entonces los dejé con modelos más competentes que llegaban entre curiosos y animados. El viernes fue el día de los actores y el grupo TAIDE, ofreció su obra Juan Gabriel el…