Fue muy extraño, realmente lo fue. A medio concierto me descubrí disfrutándolo, y me preocupe mucho por mí misma. No me sabía ninguna canción, claro, pero ahí estaba sonriendo y medio moviendo mi cabecita en algunas rolas (cómo en el cover de Música Ligera), pegándole como gatito a los globos enormes que aventaron. El concierto […]

Fue muy extraño, realmente lo fue. A medio concierto me descubrí disfrutándolo, y me preocupe mucho por mí misma. No me sabía ninguna canción, claro, pero ahí estaba sonriendo y medio moviendo mi cabecita en algunas rolas (cómo en el cover de Música Ligera), pegándole como gatito a los globos enormes que aventaron. El concierto estuvo muy bien montado, las luces, el sonido, ellos divirtiéndose en el escenario… todo muy ameno. Las chicas gritando, coreando las canciones. Los novios que iban, obvio, abrazando a la chica,  unos cantando y algunos nada más con las cejas levantadas, otros muy dignos cruzados de brazos, pero no se preocupen, eran los menos. ¿Pero cómo es que llegué ahí? Fue culpa de mi amiga. Ella me chantajeó con que ya me había acompañado a muchos lugares y que si podía conseguir boletos para Río Roma. No pensé que fuera en serio, no imaginé para nada que le gustara,  hasta que insistió. Me encogí de hombros y solté la máxima «veré que puedo hacer». Ni modo, para

ser honesta, le debo ya varias. Pasado el tiempo, pensé que ya no iba a ir (gozaba de muy poco presupuesto) y que me iba a zafar  de dicho compromiso (quedamos de ir a Hermosillo cada quien a sus cosas), cuando en la oficina me sorprendieron con dos boletos VIP. «Me dijeron que querías ir con tu amiga». Wow. VIP. Ni modo de decir que no. Le mandé una foto del boleto y ella se emocionó. « No importa, si llegamos» me dijo mientras armaba el itinerario del viernes y sábado (incluido el ver DeadPool, of course). Cansadas a más no poder, fuimos y venimos de Hermosillo (todo un extraño fin) pero llegamos al concierto. Hambrientas, eso sí (cambiamos la botana tres veces; churritos y cacahuates, no. Brownies con fresas, tal vez pero no ¿No hay otra cosa? Quesos, sí. Eso sí). Fue el «anti-San Valentín» más San…

Pero si «Llo lo Ke KieRoos EzcRIviiiiIR AsHIíí» Vaya que nos hemos topado con ese tipo de controversiales revelaciones en más de una ocasión. Nos da un poquito de cosquilleo interno y torsón de espina dorsal a los más puristas. Y la pregunta que surge es ¿qué tiene? Pues déjale. No tengo problema en que […]

Pero si «Llo lo Ke KieRoos EzcRIviiiiIR AsHIíí» Vaya que nos hemos topado con ese tipo de controversiales revelaciones en más de una ocasión. Nos da un poquito de cosquilleo interno y torsón de espina dorsal a los más puristas. Y la pregunta que surge es ¿qué tiene? Pues déjale. No tengo problema en que la gente quiera desarrollar su propia forma de expresarse, querer ser original y de paso presumir una lesión (de leve a grave) cerebral. En serio no tengo nada en contra de eso… siempre y cuando no sea público y lo hagan en la intimidad de su diario de papel con candado (puede funcionar incluso como protección extra). Entonces, como me dijeron: «pero es mi muro» «Mi tuiter», mi lo que sea… Sí y no. Es su reflejo, sí. Y no, porque cuando comentan en los demás (porque muchos tienen la manía de no guardarse la expresión de su ser para sí mismos), lo hacen con el mismo estilo y entonces vienen los dramas (porque se comenta de

regreso, uno corrige, elimina el comentario, o de plano “desamiga” a la supuesta amistad). El escribir en esos medios hace evidente nuestra educación, y no hablo solo de la educación escolar, si no la de casa; el cuidado, la deferencia, el respeto. Lo único que los demás reciben de ese código cifrado, es que pasaron por alto por completo cualquier tipo de desarrollo intelectual, como la primaria (que es donde se enseñan las bases de la comunicación en nuestro idioma). Jóvenes que presumen saber de la vida (fotografiándose en sus uniformes) y no pueden ni redactar una oración. Poner el cuidado a la escritura de nuestro mensaje,  es un signo de respeto para quien nos lee. Cuando uno escribe, queremos que el mensaje viaje de la manera más clara posible.  Estamos emitiendo una idea o un suceso, para que los demás lo lean (por eso usamos las redes…

Una noche me llegó un extraño mensaje. «Hola, Moka ¿Andas por ahí? Ocupo urgente que te comuniques Te platicó rápido: en la Feria del Libro me encargaron armar una mesa de Blogueras, para que compartan sus experiencias. Invité a Tamaura y Ale Meza. Falta Silvia Núñez por confirmar y pensé en ti. Sería el sábado […]

Una noche me llegó un extraño mensaje. «Hola, Moka ¿Andas por ahí? Ocupo urgente que te comuniques Te platicó rápido: en la Feria del Libro me encargaron armar una mesa de Blogueras, para que compartan sus experiencias. Invité a Tamaura y Ale Meza. Falta Silvia Núñez por confirmar y pensé en ti. Sería el sábado 31 de octubre a las 6 pm. Dime cuanto antes si te late para que te anoten, porque mañana de mandarán imprimir los programas» Era Josué Barrea (socio fundador de La Casa de Viena y miembro del consejo consultivo de ISC Radio), invitándome por medio del chat del Facebook (muy adhoc) para formar parte del ciclo "Saltando al futuro. Nuevas tendencias en el Sonora digital". Pláticas con gente que se abría a medios digitales como forma de expresión. La Feria del Libro estaba apostando por eso. Habría una mesa de booktubers , una de  blogueras y una de Medios digitales para la Cultura. Fue una grata sorpresa (enorme) que me tuvieran en cuenta, pero

entonces estaba indecisa, había mucha actividad en Puerto Peñasco esos días (30, 31 de octubre  y 1 de noviembre); altares, catrinas, concursos, fiestas, a mí me encanta disfrazarme. Pero una vez solucionado el asunto y que hice un rápido balance con la cuenta de banco, acepté. Para ir ganando experiencia, para ir haciendo presencia… pero sobre todo para hacer algo diferente. Yo quería ir a la Feria y ahora ya tenía pretexto. Las cosas se fueron dando.  Me mandó un whatsapp Andrea; “Dice Cris que va a estar en Hermosillo, en la Feria del Libro. En vez de irte directo el sábado, vente el jueves o el viernes”. El jueves no se pudo (utilicé ese tiempo para que Guille adornara mi cabello con tonos rosas y violetas, tenía que estar guapa) y me fui el viernes temprano. Si Timbiriche tuvo sus reencuentros, por qué no nosotras. Seis horas y cacho en…

Se presentó ahí, en la Plaza Colosio con una mesita que presentaba sus creaciones; gargantillas, listones, crop-tops, accesorios varios como máscaras y parches para el ojo. Transformó en vivo a dos chicas de “normales” a “Harajuku Style”. ¿Recuerdan esa palabra? Ella fue la que hace unos meses abrió  las puertas del Harajuku Fashion en Puerto […]

Se presentó ahí, en la Plaza Colosio con una mesita que presentaba sus creaciones; gargantillas, listones, crop-tops, accesorios varios como máscaras y parches para el ojo. Transformó en vivo a dos chicas de “normales” a “Harajuku Style”. ¿Recuerdan esa palabra? Ella fue la que hace unos meses abrió  las puertas del Harajuku Fashion en Puerto Peñasco.  Sí, no dudo que hubiera algunos por ahí gustosos de este tipo de moda, pero fue Adriana la que dio el paso adelante y contactó a los organizadores anunciando Puerto Peñasco como participante en el Harajuku International Fashion day, el 26 de julio, entre otras tantas locaciones mundiales. ¿Fueron? Empezó muy tranquilo, unas cuantas personas, deambulando y de pronto ¡Bum! Llegaban y llegaban personas con las modas más diversas. En esa ocasión hubo photoshoot, exposición de ilustraciones y dibujos,  y presentación de documentales para que los asistentes se familiarizaran con el concepto. Ahí se reunieron, en la terraza del Café Puerto Viejo, y ahí se conocieron. Pero ahí no la conocí yo a ella. Conocí a Adriana Cárdenas, como una chica

que baila tango (y otros géneros musicales) con Mariana Zatarain. Luego me dijo que hacía “cosplay”. Entonces obvio no se rige por estándares comunes. Ella que viste de muchos estilos, que asiste a diversos eventos culturales y que juega Cards against Humanity. Empezó a tomar clases de costura y se le abrió un mundo nuevo de moda, ropa y creaciones. Se  me antojaba extraña, de carácter dulce (como caricatura japonesa), misteriosa, pero no podía adivinar más allá. Y ahora, que pone un pie en el spotlight,  quería saber más de ella. Hace tiempo la cité después en la cafetería, según yo a una hora tranquila, pero no contaba con que tenían una extraña afición por hacer frappes en una licuadora ruidosísima. Nunca supe para quien fue esa súper producción, porque yo pedí un té caliente (no juzguen)  y solo había o más de…

No creo que lo sepan, ni que lo hayan imaginado siquiera. Muchos (por no decir la gran mayoría) la vieron pasearse muy de rosa, entaconada con plumas, por la Plaza Colosio y la explanada del Malecón. Sin embargo, no supieron lo muy emocionada que estaba, ni todo el tiempo que invirtió para esa aparición y […]

No creo que lo sepan, ni que lo hayan imaginado siquiera. Muchos (por no decir la gran mayoría) la vieron pasearse muy de rosa, entaconada con plumas, por la Plaza Colosio y la explanada del Malecón. Sin embargo, no supieron lo muy emocionada que estaba, ni todo el tiempo que invirtió para esa aparición y para ese recorrido (al igual que la mayoría de los artistas). Después de tantos años de sequía (sus palabras); sin carnaval ni nada por el estilo, por fin venía un rayito de luz. Desde que se habló del Festival Cervantino, regresó a los tacones, para acostumbrarse de nuevo. La vi en su estética (para mis mechas rosas ahora ya desvanecidas)  hace como tres semanas y ahí me mostró que había empezado a trabajar en su vestido y en el tocado que usaría en el Festival. Los primeros dos días del  Cervantino, se paseó por el Malecón con dos tipos de maquillajes distintos, para ver cuál le favorecía más, con la luz del lugar. Me pidió le tomara fotos para analizar ese punto.

Todo con antelación para el performance que iba a realizar el sábado: Transformarse, en vivo, de Guillermo Salazar, en Guille, La Eterna Princesa. Nada fue improvisado, todo fue planeado. El sábado 10 de octubre, Guillermo empezó su transformación dentro del museo, sin más espejo que el de mano que traía, preparó todo mientras se organizaban para la inauguración de la exposición pictórica. Por asuntos de logística, luz, e imprevistos, muchos creyeron que  el “en vivo”  en realidad era un “in situ”; algo así como “pues en algún lugar se tiene que arreglar” y pensaron que era algo improvisado.  La miraban con estupor, como cuando uno entra familiarmente al cuarto de la tía, y la cachan arreglándose. ¿Miramos? ¿Interrumpimos? ¿Nos seguimos de largo?... ¿Se puede pasar? Siguió mientras dieron por inaugurado el lugar y la gente entraba para ver los cuadros. Ahí estaban también…

Temporada de FECAS Ya salió la convocatoria de este año para participar y poder ser becado por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora. Por fortuna (y no es presunción) yo salí beneficiada el año pasado en la categoría de jóvenes creadores en literatura (novela) y por lo tanto la pregunta […]

Temporada de FECAS Ya salió la convocatoria de este año para participar y poder ser becado por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora. Por fortuna (y no es presunción) yo salí beneficiada el año pasado en la categoría de jóvenes creadores en literatura (novela) y por lo tanto la pregunta de “¿cómo le hago?” es más que obvia. Ya estamos a octubre y la convocatoria cierra el 12 de Octubre. Aún están a tiempo. Esto no pretende ser una guía definitiva (en lo absoluto), si no tips basados en mi experiencia que espero les sirvan en su desarrollo de proyecto.  El lunes vendrán los del FECAS para dar una plática más técnica sobre el desarrollo del Proyecto,  a las 5:00 pm en la sala audiovisual de la Biblioteca Municial, que si van a aplicar, espero asistan (más informes en la Dirección de Cultura de Puerto Peñasco). Sí, es tedioso, un poco difícil, pero, si creen que su proyecto vale la pena, imprímanle tiempo y atención a este proceso. Por principio de cuentas, recuerden

una cosa: es de gobierno, bien que mal, la burocracia está presente. Entonces todos los requisitos son  importantes. Véanlo como un trámite (como si fueran a pedir visa o pasaporte), si les falta una hoja, un documento, una carta lo más seguro es que ni pase. Cumplan con todo los campos que son  obligatorios, después pasen a los anexos o extras. Les recomiendo tener BIEN claro el proyecto que van a desarrollar. Si se puede, haberlo empezado. Un proyecto que ya habita tu mente es un proyecto que ya tiene pies y cabeza. Si apenas lo van a definir, mastíquenlo, rúmienlo tanto como se pueda. Enamórense de él, créanselo ustedes para poder venderlo. Si en serio tienen toda la intensión de aplicar, el primer paso es abrir un usuario (correo y contraseña) en el portal del PECDA en línea (pecdaenlinea.conaculta.gob.mx) y denle…

Remember when Tábata adopted four kittens in the park this summer? –> Of Cats and Dogs   We present Biyou (or Ágata), Cécyl, Simone and Violet. Tábata is a sea of patience, an excellent adoptive mother and honestly I don’t believe any one of them would’ve made it without her help. She knows what they need. […]

Remember when Tábata adopted four kittens in the park this summer? --> Of Cats and Dogs   We present Biyou (or Ágata), Cécyl, Simone and Violet. Tábata is a sea of patience, an excellent adoptive mother and honestly I don’t believe any one of them would’ve made it without her help. She knows what they need. She lets me know when their meowing is “something urgent,” they’re hungry, or even when they’re just stepping on and crawling over each other. Tabata is sweet, very dedicated, and also ends up beat just about every day. Whenever I take them out, when they awake or when it’s time to eat, she smells them (I believe she counts them), licks them when their meowing becomes painful; if it’s not too much hassle, she gets right in with them, riles them up, and even…well…burps them. She is very attentive when

she cleans them one by one. Just recently they’ve started to show their personalities: Simone – fussy, curious, and investigative Ágata – seems to have strong character – when she doesn’t like something, she doesn’t like it – and when she wants something, she wants it! She is also the biggest. Violet – her meowing is the strongest of them all, and she’s like candy that melts in your hand. She’s also the smallest, but quite an eater. Cecyl – the Lion. He’s right in the middle and his meowing is like a roar. He’s tough, the last to wake up and the first to go to sleep. If you are interested in hearing more about Tábata’s kittens – or adopting one – please let us know at info@rockypoint360.com

Tabata tales, el Update.   Ya vamos  para cuatro semanas de que Tábata se encontró con los pequeños. (Tabata Tales parte 1) Creciendo, ahora con los ojos abiertos, haciéndose más y más confiados. Les presento a  Simone, Violet, Cecyl, Ágata (Biyou) y a la orgullosa Tábata. Los extravagantes  nombres surgieron en una de las noches […]

Tabata tales, el Update.   Ya vamos  para cuatro semanas de que Tábata se encontró con los pequeños. (Tabata Tales parte 1) Creciendo, ahora con los ojos abiertos, haciéndose más y más confiados. Les presento a  Simone, Violet, Cecyl, Ágata (Biyou) y a la orgullosa Tábata. Los extravagantes  nombres surgieron en una de las noches de duerme vela y a ninguno parece incomodarle; bueno, solo a Tábata cuando regaño a Ágata cuando se le trepa al lomo o le avienta un zarpazo, hablarles parece trabalenguas y es entonces cuando le digo Biyou. Tábata es un mar de paciencia, una excelente mamá adoptiva y la verdad no creo que ninguno la hubiera logrado sin su ayuda. Ella sabe lo que necesitan. Me avisa cuando el maullido es de “que algo urgente pasa”, tienen hambre o cuando nada más están pisándose y molestándose unos a otros. Por ejemplo, cuando algo pasa, sale corriendo al corral improvisado, y ansiosa empuja con la nariz la colcha o la pared, cuando es de hambre, se sube

en el taburete que está junto donde me siento para sacarlos y se sienta. Si es que están molestándose… bueno, suspira y simplemente los ignora. Es un dulce, muy dedicada y también acaba cansada. Cuando los saco, que se despiertan y es hora de comer, los huele (yo creo que los cuenta),  los lame cuando maúllan muy lastimeramente, si no la molestan mucho se echa con ellos, los estimula y saca los gases. Cuando los limpio uno a uno, se queda muy atenta. En cuanto a los mininos, esta semana han ido sacando su personalidad. Simone. Inquieta, curiosa e investigadora, la que primero se levanta y la última que se duerme. Siempre encuentra el punto débil del corral improvisado y cuando menos uno se lo espera, ya va rumbo a la cocina o anda por el librero. Ágata. De carácter fuerte, cuando algo no le gusta, no le gusta…

Tábata Tales. Muchos de ustedes ya conocen a Tábata. Llegó a la oficina el año pasado, justo el día del festejo de nuestro aniversario (26 de octubre).  Perrita rescatada y adoptada. Desde entonces la rutina siempre ha sido más o menos igual o con variaciones de la misma; llegamos, damos unas vueltecitas a la Plaza […]

Tábata Tales. Muchos de ustedes ya conocen a Tábata. Llegó a la oficina el año pasado, justo el día del festejo de nuestro aniversario (26 de octubre).  Perrita rescatada y adoptada. Desde entonces la rutina siempre ha sido más o menos igual o con variaciones de la misma; llegamos, damos unas vueltecitas a la Plaza del Camarón, pido mi fruta,  subimos a la oficina, saluda a Plinio (siempre primero), a Sami y a Daniel, a Maribel. Hace las veces de hostess, es una chamaca algo inquieta. Un primor ya después de que te ladró. Pero ayer, en el paseo, hubo una novedad; Tábata se encontró con cuatro gatitos. Más de instinto  cazador, supuse les ladraría y les gruñiría como acostumbra hacer (que no es algo que yo aliente), pero esta vez no. Olió a uno, a medio pasto, levantó el morro y olfateó el aire y encontró a los otros tres en una esquinita. No sé cómo pero cuando menos me di cuenta, ya tenía a los cuatro juntos, oliéndolos uno a uno. En eso se acercó

un perro grande, despacio, curioseando, a lo que Tábata respondió la intromisión con un ladridos, en actitud defensiva, con los gatitos atrás de ella. Yo estaba mirando a todos lados para ver si veía a una gatita mamá, lejos pero pendiente. Nada. Algunos perros merodeando, eso sí. Creo que vino una señora y los botó ahí- señaló un señor – La vi agacharse y luego ya había gatitos. Supongo sabía que alguien los encontraría. Lo miré escéptica. Tábata no se había despegado de ellos. -Vamos Tábata, a dar una vuelta- le dije, pues no habíamos ni comenzado con el recorrido. Mi plan era que hiciera pis y regresar. Pero la perra no se movió. Tiré de la correa pero puso resistencia y eso que le gusta mucho pasear por la plaza. Me veía con ojos muy grandes. Yo quería dar chance de que…

Of Cats and Dogs Many of you already know Tábata, who came into our lives at the office just last year, precisely as we celebrated our October anniversary (Oct. 26th). She was a rescue dog. Since then, the routine has been more or less the same with a few variations here and there; we get […]

Of Cats and Dogs Many of you already know Tábata, who came into our lives at the office just last year, precisely as we celebrated our October anniversary (Oct. 26th). She was a rescue dog. Since then, the routine has been more or less the same with a few variations here and there; we get to work, take a walk around Plaza del Camarón, I order fruit from downstairs, we go up to the office and Tábata runs over to greet Plinio (first, always), then Sami, Daniel, Maribel, Dan, etc.. Sometimes she plays hostess as she’s somewhat restless; love at first sight after she’s barked at you. Yet, today on our walk something out of the ordinary occurred; Tábata came across four kittens. Beyond a hunter’s instinct, as I imagined she would bark and growl as she usually does, she did quite the opposite. She smelled one out, somewhere in the grass, picked up her snout and got a whiff of the air before finding the other three

in a corner. I don’t know how, but before I knew it she had the four kittens together and was sniffing them over, one by one. A larger dog came by, slowly, curiously, to which Tábata responded with defensive barking, with the kittens behind her. I was looking all around to see if I could spot the mother cat, somewhere watchful in the distance. But, nothing. Well, nothing besides a number of dogs meandering through the plaza. “I think a woman came over and dropped them there,” said a man. “I saw her crouch down and then the kittens were there. I imagine she knew someone would find them.” I looked at him skeptically; Tábata hadn’t left their side. “Let’s go Tábata, turn around,” I instructed. We hadn’t even begun our walk. But she wouldn’t move. I pulled on the leash, but she pulled back with resistance, which was odd because she…