Hablemos de ella y cómo obtenerla. “Comparte esta frase en tu muro y tendrás buena suerte” A todos nos ha ocurrido. A todos nos ha aparecido en nuestro feed, y en una u otra ocasión lo hemos considerado, a ver si nos sacamos aunque sea la lotería. Por otro lado, tenemos a ese amigo intrépido, al que imaginas disfrutando de una limonada en un juego de quemados, bailando con los ojos cerrados, sin que ni una pelota le pegue. Le haces la observación que tiene una suerte de los mil demonios, y esta persona te responde con una pregunta ingenua, arrugando su nariz “¿tú crees?”. Obvio que sí. Y justo con esa declaración, te sientes más salado que las galletas que sirven con el ceviche. ¿Cómo le hace la gente para tener tanta suerte? Tienes tus amuletos, recoges religiosamente monedas, te llenas las solapas con tréboles, y si no fuera porque las herraduras son muy pesadas, te pondrías una de collar, o de llavero, junto a la pata de conejo (uno que no
tuvo tanta suerte). Aun así, la suerte, parece tener preferencia por otra gente. Empiezas a dudar sobre si el número 13 es realmente bueno o malo. ¿Qué me dirían si les digo que la suerte como tal, no existe? Mucho está en la actitud. De verdad que sí. ¿No me creen? Hace tiempo fui a un bingo (a mi abuela le fascina). Ahí pude observar los rituales de algunas personas para atraer la buena suerte y con ella el premio. Muchos y tan variados rituales, incluían desde acomodar todo de cierta forma, usar un plumón propio, sobar el cartoncito con la bolsita con piedras varias, hasta el de pedir una botellita de agua que únicamente se usará para bautizar y limpiar la mesa después de cada jugada. Algunos te daban sus consejos, otros se los reservaban para sí. La invocaban como a una musa o espíritu. Unos…