Opino que Puerto Peñasco tiene las condiciones idóneas de luz, paisajes, tranquilidad y temperatura (en ciertos meses) para gestar artistas. Entonces me da gusto saber que una amiga, va por ese camino, aunque bueno, se está abriendo pasos a codazos, la verdad. En años pasados la había visto en talleres y eventos, nos caemos muy bien y bromeábamos Curioso, la conocí en un taller de escritura y que la seguí frecuentando en los talleres... En una ocasión hice una sesión fotográfica con ella. Infaltable, a la que le tomé cierto afecto, pero que jamás nos pusimos a platicar sobre su pasado o vida... hasta el momento. Entonces, por fin quedamos un día de tomar café ¿Se puede? De alguna forma (algunas ausencias) me enteré de la fragilidad de su salud, y no quería que su mamá (o hermanas) vinieran a reclamarme por daños a su hija, pero café está bien… Bueno, mejor pidió una bebida más elaborada para agarrarle el gusto a la plática y un brownie con todo y cerecita (la cual, me agencié). Nos sentamos fuera
y no. Al parecer el aire libre de la placita, la música de las bocinas o las sillas metálicas, no nos incitaron a la plática profunda. Mejor entramos. Los cojines siempre ayudan a hacer sentir a las personas más cómodas y agradables, y aunque en la grabadora se escuchara el eco de la música y una que otra ronda de licuadoras trabajando, ya me las ingeniaría. Nos dejamos caer al mismo tiempo. Ella escogió un puff naranja y yo el sillón, pero no quedábamos a la misma altura y me sentí maestra de filosofía. Ni que hacerle, el chiste es que se esté cómodo. A ella no parecía importarle, según entendí, de haber sido una opción, se hubiera sentado en el piso, pero traía falda (y bromeando dijo que no era un concierto hippie, era una cafetería y había que guardar las…